“PASÉ DE SER TÉCNICA EN PRL EN MADRID A LA FLORISTERÍA EN ARCOS. CUANDO ME VINE, ALGUNOS ME LLAMABAN LOCA, PERO GRACIAS A ESTO HE PODIDO TENER MI TERCER HIJO”

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Mientras voy dando un paseo en dirección a la coqueta floristería que regenta Clara Sanz en Arcos de Jalón, el frío de estos últimos días de otoño me da una pequeña tregua obligado por los rayos de sol que se cuelan al doblar la esquina. La luz de los primeros días de diciembre me hace guiñar los ojos, lo que también me viene bien para darme cuenta de que es ella quien me está esperando mientras barre unas hojas del otoño que se han colado en su Jardín. Clara nos recibe con una amplia sonrisa bajo la mascarilla. Es tan grande que se la noto en la mirada. “Aquí soy feliz, soy quien maneja mi vida lejos del ritmo voraz de vida y consumo en el que estaba en Madrid”, contesta como sintiendo la necesidad de disculparse por verse tan feliz.

“Cuando dejé mi trabajo de Madrid para emprender aquí, hace 6 años, la gente me miraba como si estuviera loca, como si estuviera dando un paso atrás en mi vida”, nos relata haciendo un repaso de sus inicios en el negocio que ahora atiende desde el número 14 de la carretera de Maranchón. Aunque las voces críticas fueron muchas, ella siempre tuvo claro que había una oportunidad de negocio y vida en Arcos de Jalón: “En la comarca del Alto Jalón hay mucho más negocio del que nos imaginamos y del que se puede ver desde fuera”.

Clara recuerda sus inicios con cariño. “Lo mejor de emprender aquí es que la gente es muy acogedora. Cuando monté el negocio todo el mundo en el pueblo lo apoyó y me ayudó a empezar”. Pero lo más importante lo tuvo que poner ella, como cualquier emprendedor. Clara puso su ilusión, esfuerzo y sabiduría para arrancar el negocio: “Pasé de ser Técnica en Prevención de Riesgos Laborales para la Construcción a la floristería… el cambio es grande”, nos detalla mostrando orgullo por su mejora. “Para mí la clave de que arrancase bien es haber salido del pueblo a estudiar, haber conocido otro modo de vida, otras formas de trabajar… y a partir de ahí volver para aplicar las cosas buenas aprendidas en el entorno donde quiero vivir, que es aquí”.

Un nuevo proyecto de vida es lo que animó a Clara y Paco, su marido, a trasladarse con sus entonces dos hijos, de Madrid a Arcos de Jalón. “En la ciudad vivíamos solos alrededor de millones de personas. Aquí es todo lo contrario. Pero sobre todo es la calidad de vida. El tiempo que le puedes dedicar a tu familia, amigos… Lo que más tengo que agradecer a la decisión de venirnos es mi tercer hijo. De no haber vivido aquí ni me habría planteado la posibilidad de tener otro hijo”. Y la situación actual de crisis sanitaria no ha hecho más que darle la razón. “Aquí estamos mucho más tranquilos en ese sentido también. Además, hemos notado hasta un incremento de ventas. Es cierto que no ha podido venir nadie en mucho tiempo y eso se nota en menos clientes. Pero que la gente de aquí no pudiera salir del pueblo a comprar, que su consumo se quede aquí, eso se ha notado muchísimo. Sin tener venta de turistas o veraneantes, en el mes de junio vendimos más que cualquier otro año”.

La lucha por cautivar el consumo de los vecinos de la zona es una de las principales acciones que debemos llevar a cabo en la comarca. Para Clara “convencer a la gente de que no compre fuera es fundamental. Generamos riqueza en el pueblo y nos la llevamos a Soria, Calatayud, Zaragoza o Madrid. Así nunca va a haber más emprendedores que se animen a montar aquí sus negocios. Parece que lo de aquí en ocasiones no sea suficientemente bueno, como si tuviéramos un pequeño complejo de inferioridad. Tenemos que creernos más lo buenos que somos, los buenos productos y servicios que ofrecemos y que lo que se hace aquí tiene, tanto valor o más, que lo que se hace en otras partes”.

El negocio de Clara depende de proveedores. La floristería es un negocio complejo debido al carácter perecedero del producto. Sin embargo, Clara tiene las mismas dificultades que en una gran ciudad. “Hay contadas ocasiones que tengo que ir yo a Zaragoza a por las flores por ser una urgencia, un festivo o algo así… pero aquí me llega el reparto como me podría llegar en Madrid o Zaragoza. Además, con internet y ahora con la fibra óptica estamos conectados con todo el mundo”, nos detalla como pidiendo perdón por no encontrar nada malo a montar un negocio en Arcos de Jalón.

Me marcho de El Jardín de Clara cuando su teléfono ya no para de sonar. Flores para entierros, decoraciones, ramos de regalo… Clara tiene una amplia variedad que hace que todos los días tenga ventas y encargos. “Luego iré a por los niños al colegio, algo que también es un lujo que no se puede hacer en las ciudades. Ellos son aquí más felices que en ningún sitio. Mi hijo mayor, Javier, tiene algunos amigos que viven en Madrid y Zaragoza y cuando se marchan siempre me pregunta que por qué se van con lo bien que se vive aquí”.

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