¿EXISTE UN ESTRÉS SALUDABLE?

|

¡Claro que sí! Piensa en el primer día en un trabajo nuevo; en un esfuerzo grande que tuviste que realizar, pero que te hacía mucha ilusión, en una primera cita...

Ese tipo te estrés te llevó a sentirte lleno de energía, a no notar el cansancio, a sentirte ilusionado, feliz, a concentrarte como nunca, a dar lo mejor de ti mismo, a rendir como si no hubiese un mañana...

Esa sensación estaba producida por lo que se conoce por estrés saludable o “eustrés”.

Este estrés saludable se activa de forma puntual (no puede durar mucho tiempo), cuando lo necesitamos para elevar nuestra energía y estar alerta. Y tiene una gran utilidad, ya que nos hace pensar con claridad, motiva y empuja hacia la acción en situaciones donde el letargo nos jugaría en contra.

Pero este estrés saludable solo es positivo durante un breve espacio de tiempo, ya que a la larga deja de ser saludable: Cuando seguimos en un estado de alerta a pesar de que el peligro, la urgencia o cualquier otra causa haya desaparecido.

En el articulo anterior vimos como gestionar el estrés negativo, que permanece en el tiempo.

Pero si el estrés saludable puede cambiar a estrés “malo”, ¿podemos convertir el estrés “malo” en “saludable”?

¡Desde luego!  Pero es importante comprender que sólo lo podremos hacer en aquellos casos en los que aparece el estrés “malo” de forma puntual (cuando nos ponemos nerviosos y dejamos de pensar con claridad). Por ejemplo, ante una situación concreta de peligro, ante una exposición en público, ante una conversación difícil, etc. Aprender a cambiarlo a estrés saludable nos será de gran utilidad.

 ¿Cómo conseguirlo?


- Acepta la realidad y afronta la situación como un reto o una oportunidad de aprendizaje y crecimiento.

- Piensa en cual es tu radio de acción: ¿Qué depende de ti? y concéntrate en ello. Te ayudará a dejar de pensar en todo aquello que seguramente no ocurrirá jamás...

- Comprende que el nerviosismo siempre aparece ante una situación de alerta. Espéralo de antemano y acógelo porque será tu aliado.

Utiliza ese estado para activar tu energía, confiando en ti mismo. Seguro que te has visto en situaciones más complejas y has salido airoso de ellas. ¿Por qué ahora va a ser diferente?

- Elige conscientemente la actitud que vas a adoptar: ¿protagonista o víctima?

- ¡Pasa a la acción!


El psicólogo Todd Kashdan suele decir en sus conferencias: “Siempre que haya una oportunidad de demostrar tu fuerza o potencial y hay un reto, hay una oportunidad de usar el “estrés bueno”.


No olvidemos que estrés también nos recuerda que estamos haciendo algo que nos apasiona: Seguro que las cosas que no te importan no te estresan nada...


Montse Martínez. Formadora y Máster en Psicoterapia e Inteligencia Emocional.

Comentarios