El fin de semana del puente del Pilar, mis amigos y yo decidimos ir el domingo a pasar el día a Zaragoza, que fue todo un reto, porque salimos la noche anterior… Nosotros venimos de una generación en la que nos llevan a todos los sitios en coche, tanto dentro del pueblo como fuera. Esta vez cogimos el tren que va a Zaragoza por la mañana, si si, el de las 8:50 de la mañana que llega a las 11.06; otras veces lo habíamos cogido para ir a Santa María de Huerta o a Medinaceli y casi no nos enterábamos del trayecto de lo corto que era, pero este era más largo y la verdad es que fue una buena experiencia, paraba en todas las estaciones y en ellas, subía y bajaba gente, pero cuando veías entrar y salir a gente del tren te entraba curiosidad de saber a dónde iban, a donde se iban a bajar y el motivo de ese viaje. Esta vez no utilicé los cascos para escuchar música, como hago cuando voy en coche, ya que, fue un viaje ameno en el que, estuvimos hablando, riéndonos y muy entretenidos. También lo utilizamos para volver y aunque llegamos cansados, no será la última vez que lo hagamos.
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