YESO Y ALJEZ

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Embid de Ariza continúa fascinándome, a medida que descubro cada uno de sus rincones, en los que creo haber descifrado alguno de sus enigmas, se abren otros tantos acertijos esperando ser revelados. A estas alturas ya soy consciente que sólo voy a ser capaz de dar pinceladas a un breve capítulo de la historia pues ésta parece no tener fin, y supongo que es la razón de esta adicción. Mi padre estaba enamorado de un paraje muy especial, diferente, en el que de alguna manera se sentía unido, me llevaba muchas veces, por su belleza, por su singularidad, por su rareza y no hace mucho que encontré seguramente parte de la explicación.

Pero antes de llegar hasta ahí necesito introducirles en algo de materia. Uno de los elementos tradicionales de construcción en la arquitectura embidana ha sido siempre el yeso, ampliamente utilizado para blanquear y lucir paredes o como argamasa en la edificación. El yeso proviene de un proceso de transformación que consiste en la deshidratación de este mineral para obtener un sulfato de calcio. Además cristaliza de forma prismática y en diversas ocasiones puede ser blanco, traslúcido o incoloro, lo que hace que sea muy atractivo y especial, vamos que son de esas que te agachas a coger. 


Mineral

Mineral de Yeso. Foto: Juan Mariscal   


La palabra yeso proviene del latín “gypsum” aunque también es llamado aljez que proviene del árabe hispánico “algiss”. Y es esta segunda palabra la que en términos topónimos nos interesa especialmente ya que da nombre a un paraje en Embid llamado las “Algueceras”, “Abeceras” o “Algeceras” como he podido comprobar en distintos mapas y planos del siglo XX. Todas ellas provienen del término Aljez que está relacionado íntegramente con el mineral de yeso. Es común en la zona, en Ariza, en la zona colindante con Embid, también existe un paraje denominado “Algeceras” con un gran contenido de yeso en esa zona también.


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Fotografía de las Algeceras. Foto: Francisco Hernández Pacheco, 1945 

En esta fotografía de Francisco Hernández Pacheco, geólogo, podemos observar la cantera desde el Diablo, monte frente a él. Nos dice que se trata de un Oligoceno margoso yesoso con niveles de conglomerados buzando al Este Sureste. La fotografía fue tomada en 1945 y prácticamente no ha variado el paisaje, más allá del crecimiento natural de la vegetación. (1)

Las Algeceras o barranco de las Algeceras era el lugar utilizado para la extracción del mineral de yeso y su cocción. Se explotaba a cielo abierto tratando de sacar las rocas lo más limpias posibles. Después de trocearlas se pasaban a los hornos, pequeños hogares alimentados de madera seca, ramas y aliagas hasta su calcinación (2). Continuando el barranco y llegado a la desembocadura con el río Argadir nos encontramos un paraje denominado el marcegal, refiriéndose a una zona llena de masiegas. Una planta de tallo de sección triangular con hojas alargadas y borde aserrado, que tiene flores ramificadas de color pardo que aparecen en verano, Cladium mariscus (3), planta típica de humedales que crecen en las orillas de los ríos y zonas encharcables que se utilizaban también como combustible para los hornos de yeso. Quedan restos de varios hornos permanentes en el paraje, cerca de una docena, muy deteriorados, pero suficientemente conservados para intuir su forma y su funcionamiento.

Son construidos con rocas calizas, areniscas, e incluso sílex, que está muy relacionado con el yeso, excavando en el suelo y aprovechando el desnivel de la ladera. De forma circular se armaba la bóveda del yeso a calcinar lo que daba forma al hornazo. Varios de estos hornos tienen además un habitáculo anexo al horno, propiamente dicho, que servía de complemento al horno, bien para acumular el material a quemar o para almacenar las piedras calcinadas hasta su lugar de trabajo definitivo donde por medio de útiles y caballerías se procedía a su molido.

La zona está repleta de sílex, dióxido de silicio, también llamado pedernal, tiene la misma composición química que el cuarzo, con la diferencia del tamaño de los pequeños cristales por los que está formado atribuyéndole una dureza superior. Se ha utilizado desde la antigüedad, tanto para hacer fuego como para herramientas de corte. Es habitual ver los huecos que dejan en los trillos de las eras perdidos por tanto uso, pues aquí se utilizaban para armarlos de cuchillas de pedernal y trillar mejor.


Silex

Silex


Es muy difícil determinar la antigüedad de estos hornos, pero esta tipología ya proviene de una tradición islámica por lo que no sería difícil imaginárselos funcionando hace más de 2.000 años aunque realmente su utilización todavía es más antigua.


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Imagen actual de un horno de yeso.

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Dibujo de un horno

A principios de siglo XX, concretamente, en el anuario general de España de 1917 encontramos los distintos oficios que se practicaban en Embid, y se pueden imaginar mi sorpresa al encontrar en éste a mi bisabuelo y su relación con el Yeso. Poco después ya me confirmaron que mi tío Félix, hermano de mi abuelo, era uno de esos yeseros que sacaban el mineral por encima del barranco de las Viñas.


Anuario

Anuario General de España, Embid de Ariza, 1917

Yeso (Canteras de) Mariscal y C.ª (Bernardo). Mi bisabuelo Bernardo Mariscal Ramírez, natural de Embid de Ariza, con 55 años, y mi tío-abuelo Félix Mariscal Latorre, con 19 años, formaban la empresa Mariscal y C.ª y mientras el tiempo lo permitía, las obligaciones agrícolas y ganaderas, los jornales de sol a sol complementaban una vida realmente dura.


Este oficio fue desapareciendo poco a poco, la industrialización, la llegada de los camiones y máquinas especializadas en la excavación fueron apartando estos oficios que eran capaces de mantener a una familia. Sin embargo el yeso sigue utilizándose de forma habitual para el lucido de paredes y construcción de elementos decorativos, figuras, moldes, y en su forma de alabastro para el esculpido de imágenes, pero la mina de cielo abierto o la cantera de yeso vio terminada su vida. Ahora ya sólo sirve para que aficionados a la mineralogía, estudiantes de geología, y amantes de la fotografía dediquemos un apartado especial en nuestras apretadas agendas para caminar sobre este paraje y desentramar el misterio del barranco de las Algueceras.


(1) María Olivera Zaldua, Vicedecana de Estudiantes y Biblioteca. Grupo de Investigación Fotodoc. Facultad de Ciencias de la Documentación (UCM)

(2) La diversidad tipológica de los hornos tradicionales de calcinación de yeso en España, V. La Spina y C.J. Grau Giménez, 2020 CSIC

(3) Toponimia: Mesagar, masegosa, masegoso y otras hierbas. José María García Checa. PuraSierra.com

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