EL PODER DE LA RISA

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Seguro que mirando al pasado recuerdas que te reíste en el momento menos adecuado, cuando la situación requería cualquier otra cosa menos una carcajada… Y, sin embargo, no pudiste evitarlo.

¿Te sentiste culpable por ello? ¿Mala persona? ¿Te hubiese gustado desaparecer en aquel preciso instante? Seguro que sí. Pues no tienes por qué preocuparte, ni sentirte mal contigo mismo, porque en ese momento la risa cumplió también con una de sus funciones más importantes: liberar tensión.

En general, damos por cierto que la risa está solamente asociada con la parte positiva de las emociones, como la alegría o la felicidad. Aunque a estas alturas de la historia, todavía guarda muchos secretos para la ciencia: Los neurocientíficos coinciden en que la risa es uno de los comportamientos más importantes para el ser humano, pero también uno de los más desconocidos…

Pero lo que, si sabemos a ciencia cierta, es que la risa también es un mecanismo al que recurre nuestro cerebro en momentos de gran tensión. Cuando es necesario realizar una “catarsis emocional”.

Pero todavía la risa tiene más poderes ocultos, ya que también es capaz de regular incluso anular emociones y sentimientos mal gestionados, como la frustración, el enfado, la negatividad, etc.

Y precisamente esa es la razón de ser de la risoterapia: aprovechar poder que tiene la risa para aliviar las tensiones y equilibrar las emociones, anulando las más dañinas, con el objetivo de mejorar nuestro bienestar.  

Así que, si vuelves a encontrarte en una situación similar, no te sientas mal por ello. No te sientas mal por reaccionar como un ser humano.

Eso no significa que pierdas la oportunidad de analizar lo sucedido, ya que está aflorando información muy valiosa para analizar. Pregúntate:


¿Por qué he necesitado aliviar ese malestar?

¿Por qué tenía esa tensión contenida?

¿Qué estoy descuidando en mi estado emocional?

¿A qué preocupaciones no les estoy prestando la atención que necesitan?

¿Qué decisiones no estoy tomando?

¿Cuáles son las fuentes del estrés?


Reflexiona sobre tus respuestas (aunque te duela). Siempre habrá algo que te cuesta aceptar y hasta que no lo hagas no podrás pasar a la acción.

No lo dudes. Está en juego tu bienestar, tu bien más preciado.


¡No desestimes el poder de la risa!


Montse Martínez. Formadora y Máster en Psicoterapia e Inteligencia Emocional.

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