EL ESPÍRITU DE LA NAVIDAD

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Todos relacionamos la Navidad con la generosidad, el altruismo, la paz, la alegría, el amor… Aunque algunas personas también la asocian con la tristeza, la nostalgia, el estrés, etc. Depende, claro está, de las experiencias pasadas y de nuestro estado emocional.

Así es, porque cuando llega el Espíritu de la Navidad, nos golpea con una gran carga emocional y nos sume en una montaña rusa emocional, que a veces cuesta gestionar.


La tradición celta ya celebraba, antes que el catolicismo, la llegada del “Espíritu de la Navidad”. Cuenta la leyenda que cada 21 de diciembre, coincidiendo con el solsticio de invierno, llegaba a las tierras nórdicas un ser mágico y bondadoso de un lugar muy lejano.

Este ser sólo entraba en los hogares de aquellas personas de corazón noble y generoso, para compensar las buenas acciones que había realizado a lo largo del todo el año, con la concesión de algunos deseos. Era el momento más adecuado para agradecer y desear.

Pero también servía para remover conciencias, para que los humanos dieran valor a todo lo bueno que tenían en sus vidas, haciéndoles sentirse felices por ello y llevándolos a la necesidad de celebrarlo con los seres más queridos…


Según esta leyenda el “Espíritu de la Navidad” ya está entre nosotros. Llegó ayer, con la entrada del invierno. ¿Has notado ya sus efectos? ¿cómo te sientes?


¿Cuáles son las emociones que más se activan en Navidad?


1. La Ira. Las emociones están más a flor de piel y solemos enfadarnos con menos motivos que en otros momentos. También suele aparecer más el mal humor.

2. La Tristeza por todos los seres queridos que ya no están con nosotros, o por las ausencias debido a la distancia o a otros problemas.

3. El Miedo a no volver a tener la oportunidad de estar con los seres queridos en próximas navidades, problemas de salud, etc.

4. La Alegría. Esta emoción es necesario que sea lo suficientemente importante para compensar las tres anteriores, si de verdad deseamos tener una feliz Navidad.


Y aquí es donde cobra sentido y entra en juego nuestro mejor aliado “El Espíritu de la Navidad”. Es lo que nos ayuda a ver a todo lo bueno que tenemos en nuestras vidas, a dar importancia a nuestro trabajo, a todo lo que hemos conseguido con esfuerzo, a la familia, a los buenos amigos, etc. Cuando te concentres en todo esto sentirás una necesidad imperiosa de celebrarlo y de compartirlo con los seres queridos.


Entonces será el mejor momento para formular todos tus mejores deseos, porque saldrán de la parte más noble y mágica de ti mismo.

Por mi parte, valoro enormemente y agradezco a Fran Álvarez y a todo vosotros, la oportunidad de compartir esta sección semana a semana.

En esta noche mágica, invadida por “El espíritu de la Navidad”, os deseo que se cumplan todos vuestros deseos y el bienestar emocional os acompañe siempre. ¡Felices Fiestas!



Montse Martínez. Formadora y Máster en Psicoterapia e Inteligencia Emocional.

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