JUBERA Y EL JALÓN EN SU RIBERA

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188 Jubera


La aldea de JUBERA se quemó en el siglo XVIII, tras el devastador incendio el Obispo de Sigüenza Juan Díaz de la Guerra manda su reconstrucción por el año 1782. Su blasón se instaló en lo alto del Palacio Episcopal de la localidad, puede verse todavía el gran blasón, escudo ovalado de corte eclesiástico, con cinco flores de lis y cantonado de cuatro soles, en la bordura alternan el emblema de Castilla y la Cruz de San Andrés, esta tallado en piedra en 1795.


     Ya por el año 1835 los vecinos compran al Obispo tanto las casas como las tierras de la población. En 1955 con la remodelación de los limites diocesanos dicha población pasa  a pertenecer a Soria en cuestiones religiosas.


     En un alto justo encima del llamado Túnel del Oro del ferrocarril se aprecian las ruinas de lo que fue un castillo medieval, se cree que musulmán, puede verse algo de un aljibe y la mampostería de restos de la murallas. Se cree según cuentan que el pueblo de Jubera y su Castillo lo compró el Arzobispo de Sigüenza en 1317 para refugiar a los fieles en caso de guerra.


     Tiene una Iglesia Parroquial dedicada a Nuestra Señora de los Mártires, posee un órgano y tanto la Iglesia como las casas están fabricadas con piedra arenisca labrada.


     JUBERA pedanía de Arcos de Jalón se sitúa su población en la ladera soleada del Cerro Torre de Murón en plena antigua nacional II por la parte baja y por la Autovía A2 justo por arriba, significativo es su gran muro realizado para sujetar la ladera entre las casas  la carretera y el ferrocarril. En su valle regado por el Jalón, cuenta con varias huertas que en la actualidad casi no se cultivan, contaba con estación de ferrocarril y personal ferroviario a unos pocos kilómetros junto al rio Blanco, donde paraban trenes de viajeros y cruces con los talgos. En la actualidad solo existe una explanada como recuerdo de la misma.


     Tierras ricas en carrascas y robles, así como de árboles frutales en especial nogales, guindos y algún cerezo, por sus laderas abundan los romeros y espliegos y otras diversidades de plantas que hacen un buen hábitat para la fauna muy variada que sobrevive en estos parajes.


     Una escapada por JUBERA es otra oportunidad de apreciar la diversidad del paisaje y el contraste entre las hoces del Jalón y descubrir oculta entre carrascas y en el barranco de la Hoz, una pequeña piscina de agua natural salitrosa que seguro hará disfrutar de la  naturaleza rodeado de riscos y aguas frías pero relajantes.

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