EL INCENDIO DEL ALTO JALÓN ESTÁ EXTINGUIDO

Foto: @_samsagaz_

El incendio originado el pasado 18 de julio en Bubierca ha sido dado por extinguido en la tarde de este lunes. A las 20.52 horas el Gobierno de Aragón informaba sobre el final de un fuego que ha afectado a 14.000 hectáreas en el Alto Jalón, quemando más de 10.000 hectáreas de pinar, matorral y frutales, y afectando a un total de once municipios.

Tras dos semanas de intenso trabajo de los medios de extinción, se da por sofocado un incendio cuyas llamas obligaron a desalojar las localidades del Alto Jalón de Alhama de Aragón, Bubierca, Castejón de las Armas, Moros y Villalengua, y que amenazó con la misma suerte a otras como Contamina o Embid de Ariza. Un incendio que ha dejado sin modo de vida a muchas familias en el Valle del Manubles y que ha destrozado la biodiversidad de la zona zaragozana de nuestra comarca.

Finaliza un infierno, el de las llamas, que da paso a otro, el de las consecuencias que quedan con las cenizas de un incendio que se produjo durante unos trabajos de reforestación en una finca privada situada entre los términos municipales de Ateca y Bubierca. Un monte privado donde esos mismos trabajos preparatorios para la plantación de árboles, con las mimas empresas de por medio y todos los permisos en regla por parte del Gobierno de Aragón, originaron otro incendio menos de un mes antes, quemando ya por entonces 25 hectáreas. 

Tras ello, un requerimiento del Gobierno de Aragón de posponer los trabajos desoído por la empresa responsable, una normativa aragonesa que no prohíbe trabajar con maquinaria en el monte a pesar del riesgo extremo de incendios, y una investigación abierta que comenzará a instruirse en Calatayud para intentar esclarecer todos los hechos y depurar responsabilidades.

Todavía pendientes de la declaración de zona catastrófica, ayuntamientos, asociaciones y afectados ya están en marcha evaluando los daños y trabajando en busca de financiación para recuperar el estado anterior al incendio, algo que difícilmente sucederá en menos de una década, razón que pesa en muchos de los agricultores damnificados, en edad ya muy avanzada y con pocas posibilidades de invertir para no poder rentabilizar las plantaciones hasta dentro de diez años.