La semana pasada definimos la Autoestima como uno de los “Superpoderes” más importantes del ser humano: Es lo que realmente nos hace fuertes, ya que equivale a nuestro sistema inmunológico, si la comparásemos con la salud.
En ocasiones este concepto no está muy claro y confundimos la autoestima alta con la vanidad, algo totalmente diferente. La Autoestima es la imagen que tenemos de nosotros mismos y cuánto nos aceptamos, por eso:
Se considera autoestima alta cuando la imagen de nosotros mismos está basada, más en nuestro criterio que en lo piensan los demás de nosotros.
Se considera autoestima baja cuando la imagen que tenemos de nosotros mismos está basada en mayor proporción en el criterio de los demás. Lo nos lleva a buscar la aprobación continua (incluso con comportamientos prepotentes), y supone una dependencia emocional del entorno.
Llegado este punto ¿sabrías decir cómo está tu autoestima? Estos son los síntomas más habituales de una autoestima baja:
1. Sensación de inseguridad continuada
2. Autoexigencia muy elevada
3. Estado de ánimo inestable (entre la tristeza y el enfado)
4. Necesidad continua de mostrarnos fuertes
5. Miedo al rechazo
6. Comparación continua con los demás
7. Búsqueda de aprobación continuada solicitándola o imponiéndola.
8. Dificultad para reconocer los propios logros
9. Timidez excesiva
Según nos sintamos con nosotros mismos, así será nuestra relación con la familia, la pareja, en el trabajo, en el sexo, etc. Es más, todos los trastornos psicológicos suelen estar relacionados con la baja autoestima.
Entonces, ¿no vale la pena invertir tiempo en cuidarla a diario?
¡Claro que sí! Además la podemos entrenar, igual que un musculo. ¿Cómo?
¡Pasa a la acción! Recuerda que te sentirás mejor contigo mismo cuando hagas algo cada día para mejorar como ser humano.
Montse Martínez. Formadora y Máster en Psicoterapia e Inteligencia Emocional.
JALON
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