La oropéndola es un ave que nos visita en primavera verano mientras que en los meses de invierno se desplazan al África tropical.
Es conocida por su llamativo plumaje. Los machos tienen un color amarillo brillante en el cuerpo, con alas y cola negras, y una banda negra que va desde el ojo hasta el pico que es rojo oscuro. Las hembras tienen un plumaje más discreto. Es de tonos verdes oliváceos en el dorso y blanco jaspeado en la parte inferior. Sus alas y cola son de color pardo.
Son aves de tamaño mediano, con una longitud corporal que oscila entre los 22 y 25 centímetros. Los machos pueden llegar a medir hasta 25 centímetros, mientras que las hembras son ligeramente más pequeñas.
Se alimentan principalmente de invertebrados e insectos, como orugas, grillos, moscas, arañas, escarabajos, moluscos y mariposas. También consumen frutos del campo, como moras y cerezas, que son ricos en azúcar y les proporcionan la energía necesaria para sus migraciones.
Habitan en bosques mediterráneos húmedos, bosques caducifolios y de ribera, así como en jardines y cultivos de árboles frutales.
Las oropéndolas suelen poner entre 3 y 5 huevos. Los huevos son incubados principalmente por la hembra durante aproximadamente 14 a 15 días. Una vez que los polluelos nacen, son alimentados por ambos padres y están listos para volar alrededor de los 14 días.
El canto recuerda al sonido de una flauta que emite un gran eco y llega muy lejos. Acompañan este canto de otro sonido áspero. Las hembras cantan más agudo que los machos, aunque su canto es más largo.
Para disfrutar de ellas, nada mejor que pasear por el rio Nágima y cuando veáis manchas amarillas sobre las ramas de los árboles, si guardáis silencio, podréis escuchar un hermoso concierto de flautas.
Fotos y vídeo: Fernando Menéndez
JALON
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