MENOS MAL QUE ESTABA NARCISO-ALCONCHEL 1916

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En los primeros días de diciembre de 1916, se presentaron dos individuos en el ayuntamiento de Alconchel.

En presencia del secretario del ayuntamiento, manifestaron ser oficial segundo de la administración de Contribuciones, Impuestos y Rentas de Madrid el uno, y el otro sujeto, dijo ser su ayudante. El secretario se pone en comunicación con el alcalde y les presenta a los dos individuos, que le enseñan un documento por el que se les autoriza a inspeccionar en la provincia de Zaragoza, el reparto territorial, de ganados, apéndices al amillaramiento y matrículas.

En definitiva, se precisa una inspección de las matrículas, y el alcalde llama a varios comerciantes “invitándoles" a entregar una pequeña cantidad para evitar la instrucción de los expedientes, al haber encontrado, parece ser algunas irregularidades. Cada comerciante entregó 5,10,15 y hasta 125 pesetas según la importancia de los negocios. Por aquel entonces Alconchel contaba con más de 700 vecinos. En aquel verano de 1916, el pueblo había estrenado el apellido por el que hoy se le conoce, Alconchel de Ariza. En esos momentos el comerciante Narciso García no se encontraba en el pueblo y su esposa se negó a entregar cantidad alguna, pues alegaba tener la matricula correspondiente. Pero los supuestos inspectores se obstinaban en percibir de dicha señora 125 pesetas.

Llego a la noche D. Narciso a Alconchel, reputado comerciante y al ponerle su esposa al corriente de lo sucedido, sospechó de inmediato que se trataba de un timo. Visto lo cual se puso en contacto con el alcalde. Pero este, no se atrevió a dudar de la honradez de estos supuestos inspectores. Cuando se quisieron dar cuenta, los delincuentes habían huido.

Narciso y el vecino Pedro Martínez salieron en busca de los delincuentes y en Sta. María de Huerta, les dijeron que se habían marchado en unas mercancías en dirección a Cetina.

Los perseguidores pusieron en conocimiento del comandante de   la Guardia Civil de Sta. María de Huerta, quien se puso en contacto con el sargento de Ariza, donde se descubrió que los supuestos funcionarios de hacienda eran dos pájaros de mucho cuidado.

Acompañados del cabo y un número a sus órdenes salieron los de Alconchel para Ariza, donde se detuvo a los dos individuos.

La crónica, aparecida en el Avisador Numantino, concluye felicitando a D. Narciso García, por sus servicios prestados. Y no es para menos, pues los malhechores pretendían seguir extorsionando a los vecinos de otros pueblos. Así que los vecinos de Alconchel podían esgrimir aquello de “menos mal que estaba Narciso”.

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