Desde el pasado sábado hay un nuevo comercio en la vertiente soriana del Alto Jalón. 'InKoalaArt Tattoo Studio' abre sus puertas en el número 36 de la Avenida de Zaragoza de Arcos de Jalón, para dar servicio a todos los amantes del tatoo y el piercing de la comarca. Empujada por un sueño, Nuria Renieblas emprende su negocio con una ilusión especial por hacerlo en el mundo rural, convencida de que en nuestra zona hay oportunidades y, sobre todo, de que "en los pueblos somos tan modernos como en las ciudades, estamos muy lejos ya de eso de la boina y el paleto", nos cuenta mientras nos abre la puerta de su nuevo local.
Tatuaje, piercing, micropigmentación, cursos higienico sanitarios... Tiempo y dinero invertido en una formación especializada que le ha obligado a desplazarse hasta Madrid para recibirla. "He tenido que formarme y sigo haciendo cursos constantemente para aprender todas las técnicas posibles, porque aquí no puedes especializarte en una sola, sino que tienes que saber un poco de todo para poder tener clientela", nos cuenta desde su flamante estudio, en el que nos sentimos como si acabásemos de entrar en un local del barrio madrileño de Malasaña.
Sus tatuajes asoman por los vaqueros rotos y su piercing en el interior del labio superior brilla junto con su sonrisa de satisfacción mientras nos enseña su nuevo lugar de trabajo. "He tenido que montar un local semi-sanitario, con lo que eso conlleva de normativas a cumplir. Así que además de la inversión en formación, la del local es importante", nos explica Nuria mientras nos cuenta que "el sábado en la inauguración estaba aquí todo el mundo. Eso es lo bueno de emprender en el mundo rural, que todo el mundo te apoya y se vuelca con los negocios nuevos que surgen. Además, tener aquí a la familia y a los amigos ha sido un gran apoyo. Y no solo moral, que los he tenido aquí a todos rascando suelos y pintando paredes y después me han prestado su piel para empezar", señala entre risas. En las academias donde ha estudiado Nuria nos dice que "hay mucha práctica, gracias a lo que he podido ensayar mucho con pieles sintéticas antes de empezar a tatuar a la gente", pero vuelve a agradecer que sus primeras "pieles" han sido las de su entorno.
"Venga, vamos a tomarnos un café a Las Grullas que todavía no tengo aquí cafetera", nos dice dando 'una vuelta' a la llave del local. Mientras nos dirigimos al bar, Nuria nos cuenta que encontrar un lugar donde instalar su estudio "tampoco ha sido sencillo, porque sí que había locales en alquiler, pero no ha sido facil encontrar uno en el que la inversión que hubiera que hacer no fuera demasiado grande". De camino, se nos ocurre que quizá hubiera sido más sencillo emprender en Calatayud, por la cantidad de clientes potenciales para su negocio, pero rápidamente nos corta diciendo que "apuesto por intentarlo aquí. Entiendo que para hacerse un tatuaje la gente está acostumbrada a moverse, y a una persona por ejemplo de Alhama de Aragón, no le costará demasiado venir hasta Arcos de Jalón si el resultado que ofrezco es bueno", aunque sí señala que "el inconveniente es que en una capital, de la gente que pasa por tu escaparate, el 5% entra al estudio. Aquí no pasa nadie por la puerta de la calle, así que hay que vender cercanía, confianza, seguridad...".
Ya con su cortado entre las manos, sacudiéndose el frío de una mañana de 'casi' invierno en el Alto Jalón, recordamos con la tatuadora que ganó el concurso para el mural del C.D. Arcóbriga y nos cuenta que su trabajo "no se trata solo de dibujar bien". Según Nuria "en mi sector tienes que tener claro que vas a emprender y hacer de esto un negocio para lanzarte, porque ya solo la inversión en formación es bastante importante si quieres tener garantías de que es buena". De hecho, este es uno de los pilares sobre los que quiere armar su proyecto. "La confianza en mi negocio es fundamental, y emprendiendo en el mundo rural, más todavía. Para ello es fundamental tener una buena formación".
Mientras nos tomamos el café, Nuria señala que "aquí para tener suficiente negocio hay que trabajar pensando en todo el Alto Jalón y hay que abarcar todo el mercado posible". Por ello ha cursado también formación en "todo el tema de micropigmentación" para buscar a un tipo de cliente diferente, que no es el del tatoo o el piercing, sino que "son personas mayores que tienen ya las cejas poco pobladas o quieren un maquillaje permanente". Sin embargo, en los pocos días que lleva abierta ya adviderte que "estoy tatuando a gente de casi 70 años y a este paso salimos en el Guiness por ser el pueblo más tatuado de España", bromea para explicarnos que "no puedo limitarme solo a la gente de Arcos de Jalón. Por suerte en nuestra zona no hay nada así, lo más cercano es Calatayud, Soria o Guadalajara" y se congratula de que "ya me ha llamado para venir mucha gente de Soria, Calatayud, Sigüenza, además de todos los pueblos del Alto Jalón, que aquí me conoce mucha gente de toda la vida". No en vano, Nuria es de Monreal de Ariza y nos cuenta que "conozco a muchísima gente de la zona, además de Monreal de Ariza, Ariza, Cetina y Alhama de Aragón, que formábamos parte del mismo Colegio Rural Agrupado; pasando por el instituto de Ateca; y ahora la vertiente soriana por vivir en Arcos ya tanto tiempo... Tengo gente en agenda ya de Castejón, de Nuévalos... ser de aquí me ha ayudado mucho".
El problema de emprender en el mundo rural para Nuria es "que estamos lejos de todo. Desde las formaciones hasta los proveedores o la gestión y recogida de residuos, todo se complica". Por suerte, nos explica, "los proveedores me envían por mensajería el material, pero otras cuestiones como "los papeleos" también han sido para la joven emprendedora, de 31 años, "más complicados por tener que desplazarnos a Almazán o Soria". Como relata, "tenemos los mismos o más gastos a la hora de arrancar y de funcionar con el negocio, y pagamos los mismos impuestos, pero luego tenemos menos mercado y mayores costes en proveedores, algo que no se ve compensado por ningún sitio" y pide "que se apliquen ya las ventajas fiscales para las zonas despobladas, porque aquí no hay igualdad de oportunidades". Nuria "tenía claro que quería vivir aquí y montar aquí mi negocio, pero alguien que no tiene arraigo con el pueblo siempre va a preferir irse a un sitio más grande si no tiene aquí ninguna ventaja". "No hay mucho espíritu emprendedor en los pueblos y no hay mucha gente que quiera venirse a vivir aquí, pero si encima no ofrecemos ninguna ventaja para que esto ocurra...", se queja.
Ser mujer, madre, rural y emprendedora no es sencillo. En el Alto Jalón "quizá lo tengo un poco mejor por tener cerca a la familia", indica Nuria, "pero no hay muchas opciones para poder conciliar, así que mi hija acaba comiendo muchas horas de estudio conmigo. Le he habilitado una habitación en el local...", señala. Además, tiene que convivir con "miradas y cuchicheos" por su 'look' juvenil y alternativo. "Que empresas como Mercadona no permitan llevar piercings y tatuajes para trabajar no ayuda a eliminar el estigma social que tienen, pero cada vez está más normalizado, aunque en el pueblo todavía hay gente que te mira un poco raro porque llevas piercings o tatuajes y eres mamá, pero poco a poco todo el mundo lo va viendo de otra manera", relata esta emprendedora que tiene claro que "madurar no es más que ir descartando sueños y si eso es así, yo no pienso madurar. Como te ganen los miedos a las ganas estás perdido".
Nos despedimos de Nuria Renieblas después de un café más que entretenido y nos deja un par de reflexiones antes de ponerse su abrigo última tendencia: "Consumimos poco comercio local. Tenemos que ser más conscientes de la importancia de hacer nuestro gasto en los negocios de nuestra zona". Y a otras mentes inquietas como la suya, les apunta que "hay más cosas como la mía que no existen en el mundo rural y se pueden montar. Hay muchos servicios que no tenemos y hay hueco para nuevos emprendedores".
JALON
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