NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

|

Portada


En el siglo XIII como intento de proporcionar un modelo de vida cristiana propio de seglares, distinto del modelo monástico prevalente, surgieron las cofradías como modelo de vida asociativa, para la comunicación de socorros mutuos, espirituales y temporales para la prevención de infortunios. (1)


Éstas contaban con un organigrama para designar distintas labores fundamentales, como los mayordomos que tenían competencias judiciales, en pleitos entre cofrades, responsables de la hacienda gremial, la disposición de los pagos y limosnas que habían de hacerse. (2) Las cofradías se encomendaban a la protección de un santo o santa patrón/a y ésto nos sitúa en el año 1506 y por mandato de Pedro de la Vega, religioso de la Orden de Nuestro Padre Santo Domingo que instituyó en Embid de Ariza la Cofradia de Nuestra Señora del Rosario, una de las más antiguas.


Como ejemplo aparece en el Segundo Libro de la Cofradía que en el año 1594 se encargó un pendón a Pedro de Guarinos que era bordador en Sigüenza y que cobró en dinero y en especie “se dieron tres caices de trigo de la dicha limosna a cuenta del pendón que nos haze Pedro Guarinos”, y el 1 de octubre siguientes se le habían pagado 546 reales y al año siguiente otros 249 reales más para al fin entregar su obra.(3)


Hoy quiero hablarles de una ermita que en la actualidad pasa desapercibida, tal vez por su abandono, no intencionado, por sus modesta forma y su sencilla estructura, pero no por ello menos importante, pues no hace demasiados años todavía se le rendía una gran devoción. Estoy seguro que a muchos voy a sorprender con algún nuevo dato y sobretodo con una sensación de querer saber más.


En el año de 1679, otro fraile, Diego de Olea, visitó Embid y dejó escrito “señalo por fiesta principal el primer domingo de octubre en que se celebra la fiesta del Santo Rosario de la Batalla Naval, y así mismo, por altar de las indulgencias de esta santa cofradía el que está en dicha iglesia de Nuestra Señora del Rosario; y nombro por abad y capellán al licenciado Juan Pérez con facultad de bendecir rosarios los primeros domingos del mes y nombrar mayordomo de dicha santa cofradía”. En 1571 en la Batalla de Lepanto, el Papa dedicó el mes de octubre al Rosario, tras la victoria en la batalla frente a los turcos, instaurando la fiesta de la Virgen del Rosario.


Pero lo verdaderamente curioso llega en el año 1686 que es cuando Martín García y Catalina Rubio, cónyuges, fabricaron a sus expensas y de sus bienes una ermita en el término de las Eras de este pueblo bajo la advocación de María Santísima con el título del Santo Rosario.


Ermita

FOTO: Ermita del Santo Rosario. Gregorio Latorre, años ‘90.


En la escritura detallan: “Para atender a su reparación en el tiempo que hubiera necesidad dejaron vinculada una heredad en el sitio que llamas las Olmedas, término de Embid, de cabida 2 anegadas poco más o menos” que serían ahora algo más de una hectárea, “que confronta por la parte de arriba con la pieza del licenciado Martín de Ortega, por abajo Camino Real de Cetina, por un lado Barranco que llaman de las Viñas y por otro lado una pieza de Domingo Ortega Mayor”. El 4 de junio de ese mismo año de 1686 se funda la procesión y misa a la ermita de Nuestra Señora del Rosario en el último domingo de Octubre.


Aquí existen varias explicaciones, o bien existió una ermita anterior, todavía en pie en 1679 y que siete años después la iglesia de Nuestra Señora del Rosario habría sido reconstruida como la ermita del Santo Rosario, bien se trataba de dos edificios diferentes con distintas localizaciones como pasaba con la Ermita de la Virgen de las Angustias que dispuso de tres localizaciones distintas a lo largo de su historia o tal vez, el fray Diego de Olea cometió un error al nombrar a la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario en vez de la Asunción, que es la actual Iglesia de Embid.


Cruces

FOTO: Detalle de la cruz en el marco de la puerta


Detalletejado

FOTO:Detalle del tejado


Existen anotaciones de una re-edificación en el año 1756 sin detallar en qué medida se pudo modificar, aunque por los materiales es posible que el pórtico actual de entrada de ladrillo macizo sea de esta época, como pudimos observar en la ermita vieja de la Virgen de las Angustias de 1752.


Detallearco

FOTO: Entrada y arco de ladrillo de la ermita en la actualidad


En el fresco del altar de la Ermita del Rosario se encuentran distintas escenas muy bien detalladas, como la Asunción con la Santísima Trinidad, un demonio próximo al hijo, San Jorge y el dragón, Santo Domingo, Santa Teresa de Jesús, y no quiero dejarme esos dos angelitos con guitarra y violín.


FRESCO

FOTO: Altar de la Ermita del Santo Rosario. Gregorio Latorre.


Pero existe otro altar dedicado al culto del Santo Rosario que se encuentra en la propia iglesia parroquia de la Asunción, un retablo de finales de S.XVII con distintas escenas de la vida de la Virgen, Anunciación, Visitación y Asunción. Pero el detalle siguiente es caprichoso pues en una tablilla que cuelga en la parte derecha de este altar nos dice que “el Obispo D. Joseph García de Sigüenza concede cuatro días de indulgencia a todos los que rezasen una parte del Rosario delante de la Santa Imagen”. Así pues podríamos decir que la alusión a la que hacía fray Diego de Olea en 1679 del altar de las indulgencias es este mismo del Obispo Joseph García.


Existe un camino, propio de la procesión, que se inicia en la Iglesia de la Asunción y tras cruzar el puente recorre toda la Carretera y el barrio de San Martín hasta llegar al peirón de San Antonio de Padua, aquí el camino natural nos conduce por la entrada del Cementerio Viejo atravesando las Bodegas hasta llegar a la ermita. En el catastro de 1944 la ermita aparece bajo el nombre de Ermita de San Antonio, desconocemos si es un error o debido a la influencia del peirón más próximo, ya que en el plano de población de 1917, el primero que existe del entramado urbano, aparece como Ermita del Rosario.


Catastro1944

FOTO: Plano de población de 1917


Felix Arana nos cuenta, “A esa ermita iba todo el pueblo en Semana Santa, era muy bonita, el cura y el alcalde se enfadaban porque los jovenzanos dejaban las peanas en el suelo y paraban en las bodegas a echar un trago de vino. Se iba con una cruz muy grande de 30 ó 40 kilos y los que la llevaban iban con zurriaga y sayo, los quintos que iban descalzos subían al Cristo. Había una virgen del Rosario y se llevaban muchos otros santos, el Eccehomo, la Virgen de las Angustias, la Dolorosa, el Cristo que va en la cruz...”


Quiero terminar expresando una idea, no todo está escrito ni todo está descubierto. En esta ocasión creo que debemos de dejar de pensar en que las situaciones y lugares elegidos para cualquiera de ellas sean meras casualidades, muchas siguen la estela de tradiciones más antiguas e incluso de culturas anteriores, por lo que me gusta imaginar que debajo de una piedra tal vez podemos encontrar otra que nos hable de un momento totalmente distinto de la historia. Para aquellos que les guste seguir las pisadas del pasado, como a este servidor, imaginen y demuestren.


Pendón: estandarte largo colgado de un asta, que se lleva en las procesiones como insignia de una iglesia o una cofradía.
(1) Gran enciclopedia aragonesa
(2) M. Isabel Falcón Pérez, Las cofradías de oficio en Aragón durante la Edad Media.
(3) Rosas y rosarios, Algadir nº2, 2001

Comentarios