La merendilla, o el Jueves Lardero, es una costumbre común en todos los pueblos del Alto Jalón. A las puertas de Carnaval, y por tanto de la cuaresma, se aprovechaba para tirar de matanza y acopiarse de calorías con la intención de poder pasar los cuarenta días y sus cuarenta noches previos a Semana Santa, sin probar alimento de procedencia animal. Esta tradición del Jueves Lardero, aunque no la de la Cuaresma en la mayoría de los casos, ha llegado hasta nuestros tiempos, y el jueves previo a Carnaval, altojaloneras y altojaloneros salen al campo con sus molletes a disfrutar de una jornada entre amigos y familiares.
Aunque con muchos puntos en común, como el del ya mencionado mollete, del que tan solo en Arcos de Jalón Panadería Miranda ha vendido 800 unidades, el menú del Jueves Lardero tiene curiosas diferencias entre unos y otros pueblos. El ejemplo más llamativo viene con el relleno principal en la vertiente soriana: la tortilla de patata que no puede faltar en ningún mollete. Sin embargo, conforme bajamos las aguas del Jalón, la patata se va perdiendo y ya en Alhama de Aragón hay división de opiniones, decantándose más por la tortilla francesa. Incluso si viajamos un poco más hacia Ateca o subimos el río Piedra hacia Jaraba, la tortilla francesa se va perdiendo también en favor de más relleno de carne. En lo que sí coinciden todos es en que en cada pueblo, hay alguno que se come el mollete con un buen par de huevos fritos.
En el apartado de la carne también guardan diferencias nuestros pueblos. Enriquecer un mollete con tortilla de patata, hace que la tajada en la zona soriana sea algo menos suculenta, aunque aquí, desde Medinaceli hasta Santa María de Huerta, no pueden faltar chorizo y lomo en una buena merienda de Jueves Lardero. Conforme avanzamos río abajo, aparece la longaniza, protagonista fundamental en todos los molletes de la vertiente zaragozana, junto con el chorizo, el lomo y, por qué no, también costillas. No en vano, algunos por esta zona llaman a los molletes "Palmos", en honor los dos palmos de chorizo y longaniza que le ponen dentro. En Ariza, donde hay división de opiniones sobre el relleno del mollete, y cada uno le mete lo que le viene un poco en gana, lo realmente tradicional es la Culeca, un pan redondo horneado con un chorizo dentro y un huevo duro en el medio.
Culecas son también los bollos dulces típicos del postre de Ateca, que tienen también el huevo duro en el centro, curiosa coincidencia con la salada de Ariza, algo que en los postres del Jueves Lardero del Alto Jalón se da también poco. Con el postre podemos constatar que las merendillas son mucho más golosas conforme bajamos el río, pues los sorianos no tienen un postre típico y la tradición del dulce comienza en Santa María de Huerta, donde las bolillas de miel se llevan la palma. Se imponen ya en la vertiente zaragozana las hojuelas, unas tortas de masa de huevo, aceite y harina, que se pueden comer también con miel, y en muchos de los pueblos los buñuelos, como es el caso de Cabolafuente, donde antes de la pandemia los preparaban en el Pabellón todos juntos para mantener viva la receta de la abuela.
JALON
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