EL HUEVO Y LA GALLINA DE LA DESPOBLACIÓN

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Llevo mucho tiempo dándole vueltas a esta pescadilla que se muerde la cola que es la problemática del mundo rural. ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? ¿La pérdida de servicios o la falta de población que nos sirve para no restablecerlos con la excusa de la rentabilidad? Estaremos seguro de acuerdo en que, en temas como las comunicaciones, los transportes o la sanidad, todos ellos servicios públicos, no debería esgrimirse la rentabilidad como argumento para quitarlos de los pueblos, pero también es igual de cierto que los recursos son limitados y la baja densidad de población es lo que al final nos deja tirados.


Vaya por delante que soy un firme defensor de que los servicios para nuestra población más mayor deben potenciarse y mejorarse. No es de recibo que el sistema de atención sanitaria les obligue a marcharse a un lugar donde el Centro de Salud abra, ya que el consultorio del pueblo no recibe doctores desde hace lustros, o que les hagamos coger el coche para acercarse al banco una vez en semana porque la oficina de Unicaja de su pueblo es ahora un local en desuso. Pero tampoco es razonable que veamos cómo nuestros jóvenes, como ellos mismos dicen, "se abren" del pueblo, y no pongamos el foco en eso, pues esa es la principal causa de la despoblación, desde luego.


¿Por qué se marcha un joven de su pueblo? La primera razón que cualquiera quizá diría es el empleo, pero... uno está ya escarmentado de ver ofertas de empleo en el Alto Jalón que quedan desiertas ante la falta de personal que hay entre nuestra población. Es más, a menudo observamos como jóvenes que trabajan a nuestro lado, vienen a diario a trabajar en nuestra comarca desde Calatayud, Almazán, Soria o Zaragoza, y después de su horario laboral, se marchan de nuevo a pasar su tiempo libre a núcleos más grandes. ¿Qué ocurre para que no quieran vivir en nuestro pueblo? ¿El problema es la falta de cajeros, de Internet o de transporte público? Eso no es lo que yo creo.


Yo creo que el primer problema que tenemos tiene que ver con la formación. En el Alto Jalón tenemos dos Institutos perfectos en los que poder empezar a cambiar algo, uno en cada vertiente de la comarca. Ambos parece que tienen claro que ofrecer formación profesional con posibilidad de emprendimiento o empleabilidad en nuestra zona es una de las vías para fijar población joven en el territorio. ¿Por qué no potenciamos más FP en nuestros pueblos en lugar de ofrecer en la ciudad toda la oferta formativa de la que disponemos?


¿Hemos pensado acaso en diseñar programas de emprendimiento en el mundo rural, enseñando al joven que acaba de terminar de estudiar, cómo enfocar sus conocimientos para desarrollar una actividad económica en su pueblo? ¿Hemos hecho algo para unirnos a la corriente del teletrabajo como una opción nueva de vida en nuestro entorno atrayendo al ciudadano circular? Está claro que si no hacemos nada de esto, la sangría no va a parar. Sin embargo, aunque lo hiciéramos todo, la mayoría de ellos se seguirían marchando, unos para poder desarrollar en la ciudad profesiones que no pueden llevarse a cabo en el mundo rural (ante eso no podremos luchar), y otros, a pesar de poder poner en marcha su profesión a nuestro lado, se marcharán a la ciudad en busca de otros parámetros. Nuestros jóvenes se seguirán yendo a Madrid  o Zaragoza a estudiar y de volver, ni hablemos, "que en el pueblo está ya todo muerto"


¿Qué necesitan entonces los jóvenes para quedarse en el mundo rural? Pues lo primero es tener la oportunidad de empezar una vida de cero. ¿Cómo está el mercado de alquiler en el Alto Jalón? Aunque no es caro, es escaso el parque inmobiliario de nuestra comarca. La mayoría de los pisos y las casas están cerrados, pues son pocos los propietarios que necesitan rentabilizarla. Con la vivienda en pocas manos y las escasas promociones que se hacen nuevas dedicadas a la venta, solo acceden a la vivienda las mismas personas que pueden permitirse hipotecas. ¿Algún chaval con los estudios recién terminados puede comprar una vivienda? ¿Por qué no construimos vivienda municipal de alquiler joven para decirle a ese segmento de la población que puede quedarse en ella?


Y aquí viene la segunda causa por la que un joven se marcha del mundo rural. Necesitan es divertirse en su tiempo libre, algo que sí les proporciona la ciudad. ¿Qué propuesta de ocio y cultural les hacemos para que quieran unirse al reto de mantener vivo su pueblo? ¿Qué se invierte desde los Ayuntamientos para promover que los jóvenes tengan una oferta que vaya más allá de tomarse unos botellines en la terraza del único bar que sigue abierto? Desde las instituciones seguimos financiando opciones de ocio y cultura destinadas a los más pequeños y a los más mayores pero, ¿pensamos de verdad en hacer algo para que los jóvenes, o no se vayan, o no se queden para siempre fuera de nuestro pueblo?



Feliz semana altojaloneras y altojaloneros.

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