SETAS, SITIOS Y SETEROS

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El residente


Hoy quiero hablaros de esas joyas ocultas y huidizas que siembran nuestros montes y eriales que conocemos como setas. Este mundo, el de la micología es un mundo que en nuestra zona no deja indiferente a nadie, a unos por el placer culinario de su degustación y a otros por el regusto inigualable de recolectarlas y poder mostrarlas como si fueran trofeos de caza o pesca.


Los sitios, los setales se heredan de generación en generación, suelen ser secretos muy bien guardados, y se ha perdido más de una buena amistad por revelar su ubicación. Algunos de estos lugares pasan de padres a hijos, y de amigos a muy amigos, teniendo especial cuidado en no mostrarse a personas ajenas a la localidad.


Tengamos en cuenta que la mayoría de las setas más buscadas en nuestros términos, son setas de paramo, monte bajo y pie andarín.


Todos los de la vertiente soriana de la Raya, tenemos en mente a alguno de los más avezados seteros…… “ El Casiano”, “El Rana”, “El Patas cortas”, “El Raro de la Puebla”, “El Constan”, “Los Negrillos”, “ El Picus”…… pasado, presente y futuro de esta gratificante actividad.


Unos recorren kilómetros y otros apenas descienden de su vehículo para realizar la cosecha. Forman parte de familias que parecen haber nacido especialmente dotadas para esta ocupación.


Primaveras y otoños esperamos las benefactoras lluvias e interpretamos por su intensidad cuáles serán los primeros sitios donde florarán.  Madrugamos, preparamos : cesta, navaja, botas, bocadillo y rumiamos donde comenzar y donde se darán en mayor cantidad las capturas.


Una vez situados en el setal, oteamos, siempre procurando tener el sol a la espalda, jurando entre dientes cuando avistamos cerca de nuestros dominios a algún reconocido competidor…… según un extendido dicho popular, en algunos municipios de nuestra zona, los seteros son más abundantes que las setas. En nuestros áridos montes, la reina sin duda es la seta de cardo, la más perseguida y la más caprichosa y esquiva de todas.


Particularmente me gusta esta seta, porque no proliferan en demasía y su búsqueda y recolección necesita además de conocimiento del medio, piernas y vista(al menos una de estas condiciones es imprescindible). Cuando la busquéis hacerlo en eriales con cardo corredor, rosales silvestres y plantas compuestas como el hinojo y la pimpinela. Los términos más bendecidos: Cabanillas, La Mata, Alentisque, Miño, Bel tejar, Jubera, Layna ,Yuba, Corvesin, Sagides, Lodares……la concreta ubicación de los micelios debéis trabajárosla vosotros y, si los encontráis fijar las coordenadas en vuestras memorias o, en vuestros teléfonos móviles.


Cuando se da una buena temporada y hay excedentes, se conservan congeladas en arcones frigoríficos, otros las desecan y cuelgan en largas ristras en alacenas y altillos. A mí me convencen más los que comparten la abundancia, los que las disfrutan en compañía de amigos, y acaban notando más su sabor en las muecas de placer de los comensales que en el regusto que provoca comerlas.


En nuestra “Raya soriana”, además de la “reina de los eriales”, hay otras setas, no con tanto valor culinario y no tan extendidas. Salvando los meses del más rudo invierno( ese que ya no existe) y siempre dependiendo de las lluvias, podemos encontrar otras variedades, menos suculentas, pero que ayudan a matar el gusanillo.


 Con las primeras aguas, para san Pascual y santa Quiteria, aparte de las primeras setas de cardo: champiñones, barbudas, senderuelas, y algún perrechico, buscarlas en praderas y en los claros de sabinares…….Iruecha, Judes, Chaorna, Ctera. de Maranchón.


Ya en otoño, en los aledaños de encinares y quejigales: setas de caña, lepistas ( entre aliagas y tomillos). Dentro del encinar: oreja de gato,  y algunos migueles de segundo o tercer orden: camaleones, lobos, babosas. En los jarales: criadillas de corzo y patatas de monte. En nuestros escasos pinares, en los pinos carrascos( Arcos de Jalón) : capuchinas, pie azul…..en los pinos pudios( Lodares, Lomeda, Medinaceli): ratones, lengua de vaca, pie azul, llanegas, parasoles…..hay pinares más viejos donde se coge algún níscalo( Benamira, Medinaceli)

    Como guía no es mucho, pero en vez de consultar a Google preguntar a algún amigo del lugar y si os acompaña, mejor. Solo os he hablado de setas comestibles, pero si gustáis de la micología, durante casi todo el año encontraremos multitud de especies con que entretenernos en su identificación y que alentaran vuestra afición.


Recordar que la naturaleza es uno de los espectáculos más bonito y barato y, que está al alcance de cualquiera. Sobre todo, quiero haceros hincapié en una consideración relacionada con el tema que acabamos de tocar…..Un consejo, como estoy seguro de que ninguno de vosotros pasa hambre: “ No os pongáis a probar, lo que por el culo no estéis seguros de poder echar”


                                                                                                 El Residente.

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