SOMBRAS

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El Residente


Como sin duda sabéis, todo ser animado o inanimado proyecta una sombra. Según sea la posición del sol y la exposición del objetivo nos acabara proporcionando un negativo más o menos reconocible de lo enfocado. El mismo efecto podemos conseguir empleando luces artificiales, incluso se hacen teatros infantiles con las conocidas sombras chinescas.


Pero no es de física en general ni de óptica en particular de lo que quiero hablaros. Quisiera hacer hincapié en las sombras de las personas y mas concretamente de los “mala sombra”, desde el punto de vista lingüístico esto seria una prosopopeya (perdón), pues las sombras no son ni malas ni buenas, pero desde el punto de vista coloquial todos sabemos que existen los “mala sombra”.


Están entre nosotros y no es fácil distinguirlos, porque no suelen exponerse demasiado a la luz directa, sea natural o artificial. No hablan mucho y esperan que tengas un momento de debilidad para proyectarse sobre ti y ensombrecer tu vida.


De día, con todas las actividades cotidiana por delante, se manifiestan menos, prefieren la noche, cuando después de un día agotador bajas la guardia o cuando el día ha sido esplendido y te muestras exultante.


Ellos no lo saben, pero también es de noche y con luz artificial cuando mejor podemos identificarlos.


Seguro que los habéis visto alguna vez, aunque no hayáis reparado en ello, en los callejones la sombra los traiciona, la luz de la farolas proyectan en las paredes formas con figuras puntiagudas, vampirescas. En contraposición existen otras personas, normalmente alegres y anárquicas que dibujan en el aire una sombra menos concreta, pero más luminosa. Estos últimos son fácilmente identificables y no necesitan que les proyecten luz, la irradian.


Hay muchos de esos “mala sombra” que pretenden saltar sobre su propia sombra, ambiciosos y hambrientos de gloria mundana que harían cualquier cosa por alcanzarla, pero cuidado, hay otros, menos, pero no menos peligrosos, con vidas vulgares y propósitos miserables que se esconden entre sombras y que una veces intencionada y otras involuntariamente consiguen oscurecer y empobrecer nuestras vidas.


Unos y otros proyectan su mala sombra sobre nosotros. En estos tiempos donde se ridiculiza la bondad y ser decente es un inconveniente, si tenemos dudas de entre quien nos encontramos, profesional o socialmente, debemos ,para evitar que ensombrezcan nuestras vidas ser pacientes, ponernos a contraluz, que el tiempo pase, dejarles que hablen, permanecer expectantes y esperar que su propia sombra los delate.


 El Residente.

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