Bienvenidos y bienvenidas una semana más a Siguiendo el Rastro con Espíritu Animal Rural y los rastreadores y rastreadoras de Monteagudo de las Vicarías, de Arcos de Jalón y esta semana se nus unen también unas rastreadora de Alhama. Todos ellos, una semana más, han hecho un arduo trabajo de investigación para descubrir el animal que nos acompañaba en nuestra ruta de la semana pasada por el sabinar de Iruecha.
Efectivamente como nos señalan nuestros rastreadores y rastreadoras, era un tejón, un animalete que a pesar de ser muy muy abundante, es muy complicado de ver, debido a sus hábitos nocturnos. Os cuento más cosas sobre él en el podcast. Aquí tenéis un video capturado por las cámaras de Espíritu Animal Rural.
Y ahora si, nos vamos a la ruta de esta semana
Este sábado nos han caído unos cuantos copos de nieve en el Alto Jalón, a pesar de ello, Pipo y Tina y yo salimos de ruta porque nos encanta la nieve a los tres. No teníamos muy claro donde irnos, y como no paraba de nevar, decidimos quedarnos en Alhama y no coger el coche, ya que es peligroso andar por la carretera con nieve.
Mientras pensaba a donde irnos, me iba preparando todos los bártulos para no pasar frío y sobre todo para no mojarme, porque a pesar de no estar cuajando mucho, no paraba de nevar. Me puse las botas, el gorro, los guantes, un buen chubasquero y preparé la mochila con los prismáticos, las guías, la regla y por supuesto la bolsa que siempre nos acompaña para recoger los rastros que el ser humano va dejando por el campo.
No sabía muy bien a donde irme esta semana para no repetir ruta en Alhama de Aragón, ya que hemos hecho varias excursiones por aquí. Así que decidí irme a dar un paseo no muy lejos de casa, por si se ponía fea la cosa con el tema de la nieve, y me fui por un camino al que llamamos el barranco de La Lobera. La verdad que no se muy bien porque este barranco se llama así... ¿habría lobos por allí hace tiempo? Tendré que investigarlo
Así que no esperé más y nos pusimos en marcha, me enfundé el chubasquero y les abrí la puerta de casa a Pipo y Tina que salieron disparados encabezando la expedición como de costumbre.
Enseguida llegamos al barranco, como os digo lo tenemos muy cerquita de casa. Había una estampa muy bonita porque según nos íbamos adentrando hacia el monte, iba cuajando un poquito.
Tina iba conmigo, pero el pequeño sinvergüenza de Pipo iba tan avanzado que lo habíamos perdido de vista. De pronto lo escuchamos ladrar a lo lejos GUAU GUAU. Tina y yo nos echamos una carrerilla para ver que le pasaba al pequeñajo, y enseguida vimos porque ladraba tanto. Les di la orden a los dos de que estuvieran quietos, y es que muy cerquita teníamos una pequeña manada, o mejor dicho, un pequeño rebaño de cabras montesas. Iban algunas hembras y algunos machos jóvenes que estaban jugueteando entre ellos dándose algunos cabezazos.... Por suerte, como nos quedamos quietecitos, no se asustaron y pudimos disfrutar de ellas, incluso me dio tiempo a sacar el móvil y hacerles un video que os voy a dejar por aquí para que las podáis ver.
Cabras montesas
Finalmente se fueron corriendo y nosotros seguimos con nuestra ruta. Aunque estaba nevando, la verdad que no hacía mucho frío y se estaba muy agustito paseando. Empezaba a nevar con más fuerza y según nos adentrábamos al monte cada vez había más nieve al suelo.
Pipo y Tina cogieron delantera de nuevo, y de repente vi que pipo empezaba a rastrear algo y se ponía un poco nervioso sin saber muy bien hacia donde ir. Comenzó a ladrar otra vez llamándome y volví a echarme una carrerilla a ver que pasaba.
No os podéis imaginar lo que había encontrado. Este perro es un rastreador de primera. Claro al haber nieve, como ya os he contado en otras ocasiones, es muy fácil ver rastros, y en este caso, quien había pasado por allí había dejado un retrato suyo.
Y diréis... ¿cómo que un retrato? ¿Cómo se va a hacer un animal un retrato en el monte? ¡Pues si! Y os lo voy a enseñar.
Encontramos en la nieve un dibujo casi perfecto, parecía la silueta de un ángel en miniatura. Sabíamos que un ángel no podía ser, pero... ¿Quién habría dejado allí la silueta de su cuerpo entera? Se veían unas grandes alas. Me acordé que llevaba la regla para medir las huellas y abrí la mochila para sacarla y ver cuanto medía la envergadura del ave que había dejado su marca. Daba la sensación de que se hubiese estampado en el suelo, pero si hubiese sido un accidente, estaría ahí sin poder volar y no era el caso...
Así que me puse a medir. La envergadura, por si hay alguien que no sabe lo que es, es la medida de punta a punta de las alas de un ave cuando las tiene abiertas, que es tal y como estaba la silueta que habíamos encontrado en el suelo. Os dejo también una foto para que lo podáis ver.
Qué barbaridad... medía casi dos metros. Estamos hablando de que era un ave bastante grande. No tanto como un buitre, que estos casi llegan a los tres metros, pero si de un tamaño bastante considerable y la cabeza parecía muy gorda y muy redonda.
Yo la conclusión que saqué de la silueta, es que ese ave había dejado su marca probablemente al tirarse al suelo para cazar a algún otro animalete, porque como ya hemos comentado si hubiese sido un accidente el ave estaría por allí cerca herida y no estaba.
El caso es que nos pusimos a mirar alrededor y lo que encontró Pipo fue una pluma. si no fuese por el no la hubiese visto, porque estaba medio enterrada en la nieve. Era una pluma grandota, de tonos marrones y sobre todo era una pluma muy muy suave... Os dejo también una foto para que la podáis ver. La pluma se la quité a Pipo de la boca y me la guardé para mi colección.
Estaba ya atardeciendo y mientras entrabamos un poco en calor para ir de vuelta hacia casa, el silencio se rompió. ¡Escuchad!
Vaya vaya... Es posible que ese cantar sea del mismo que ha dejado su silueta clavada en la nieve. De hecho estoy segura de que es él.
Nos dimos la vuelta para volver a casa ya que estaba atardeciendo y cada vez había más nieve, y de repente vimos una gran sombra que nos sobrevolaba. Como os digo ya era casi de noche y lo vimos de casualidad, porque no hacía nada de ruido al volar.
Le seguimos con la mirada y vimos como se posaba en una roca muy alta. No podíamos distinguir sus colores porque casi no había luz, pero si que podíamos ver su silueta . Se trataba de un ave bastante grande, con la cabeza muy redonda y una especie de cuernos... Os dejo también foto.
Os voy a dar alguna pista más, porque yo ya sé de quien se trata... Esa silueta que hemos visto en la nieve, que parecía como si este ave que buscamos se hubiese chocado con el suelo, la ha dejado cuando intentaba cazar, probablemente algún roedor que andaba por debajo de la nieve. No es que se haya chocado contra el suelo.
Yo creo que ya podéis intuir de quien estamos hablando. Se trata de un ave bastante grande, con casi 2 metros de envergadura, que al parecer suele salir al atardecer a buscar su alimento. O sea que es un depredador, es decir se alimenta de otros animales, normalmente roedores. Por lo tanto es carnívoro. Tiene la cabeza muy redonda y una especie de 'cuernecitos', que realmente no son cuernos.Si alguien sabe lo que son, también os animo a que a que nos lo contéis la semana que viene.
Es un ave que hace un sonido... que yo si hubiese ido sola en vez de con Pipo y Tina me hubiese dado un poquito de miedo... no se a vosotros...
Así que manos a la obra. La semana que viene lo descubrimos aquí. En Siguiendo el rastro.
JALON
NOTICIAS.ES
Comentarios