La XI edición de la marcha ciclista Reus-Alhama de Aragón culminó este sábado en Alhama de Aragón con una etapa final espectacular a través del Alto Jalón y una emotiva recepción institucional cargada de reconocimientos y hospitalidad. En el último tramo de la etapa de ayer, tras recorrer el impresionante valle del río Henar entre Deza y Embid de Ariza, el pelotón cruzó Contamina y entró en Alhama, donde fue recibido con entusiasmo por la corporación municipal y numerosos vecinos.
Uno de los momentos más destacados de la jornada fue la participación de Pruden Induráin, hermano del campeón Miguel Induráin, que completó la marcha hasta Alhama y expresó su asombro por la belleza del paisaje y la calidez del recibimiento. La organización subrayó que esta etapa ha sido una de las más apreciadas por los ciclistas, tanto por su trazado como por el entorno natural del Alto Jalón.
Al llegar a Alhama, el pelotón fue recibido por los representantes municipales, vecinos y amigos con los que celebraron un vermut y una comida de hermandad en la que el ambiente fue festivo y de celebración por haber conseguido un año más el reto.
El ambiente festivo se prolongó más allá de la comida y lo impregnó todo. Entre platos y anécdotas, el jotero local Pascual Marco animó la jornada con coplillas improvisadas dedicadas a los ciclistas y a la marcha, que arrancaron vítores y aplausos.
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Tras la sobremesa, la comitiva se dirigió al Ayuntamiento, en cuyo salón de plenos se hicieron entrega de diversos obsequios. Entre ellos, una placa de cerámica artesanal realizada por la alhameña Felisa Dalda, entregada a Pruden Induráin como visitante ilustre. También recibió otra placa la organización de la carrera, que devolvió el gesto con un trofeo entregado al Ayuntamiento por el recibimiento.
Además, Ángel Marco, responsable del museo del ciclismo de la localidad, también tuvo un reconocimiento a su apoyo y compromiso con la difusión de este deporte. Recibió, además de un trofeo, un cuadro del pintor y ciclista participante Plácid Martos, en agradecimiento a su labor y a su vinculación con la historia del ciclismo en la comarca. Otro de los ciclistas, Antonio Cabezas, fue autor de los trofeos entregados durante el acto, unas esculturas únicas que también fueron dedicadas a El Alto Jalón por su cobertura informativa y al mago Ópscar, como guiño simbólico a la Soldadesca de Iruecha.
Con esta última etapa, la XI Reus-Alhama de Aragón se despide tras haber atravesado algunas de las zonas más emblemáticas de Aragón y de la comarca del Alto Jalón, consolidando su papel como evento deportivo y cultural de referencia. La organización destacó el éxito de participación y el vínculo creciente con las localidades que acogen el recorrido, augurando ya una próxima edición cargada de ilusión y pedaladas.
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