Jaraba volvió ayer a latir al ritmo del fútbol y la memoria colectiva. El viejo campo de Las Ramblas, que llevaba años en silencio, recuperó su voz y su vida gracias al esfuerzo de los veteranos jarabeños, que durante días se han volcado en acondicionarlo para una cita muy especial: el partido homenaje a dos figuras clave en la historia deportiva local, Manolo Monge, impulsor de la construcción del campo y sus vestuarios, y Manolito Sicilia, exjugador y fundador del histórico S.D. Río Mesa.
La ocasión lo merecía y el ambiente no defraudó. Con las gradas llenas y un público entregado, el terreno de juego fue testigo del reencuentro de generaciones. Por un lado, los veteranos lucieron con orgullo la equipación de la S.D. Río Mesa de 1986, aquel equipo que alzó la Copa Primavera y que marcó una época en el fútbol comarcal, y del Jaraba C.F. de 2010, también campeón de la Copa Primavera. Ambas plantillas de veteranos se completaron con integrantes del actual Rayo Jarabeño que juega en Zaragoza, jóvenes procedentes no solo de Jaraba, sino de otros pueblos vecinos.
El pitido inicial no solo dio comienzo a un partido, sino a una cascada de recuerdos. Viejas glorias pisando de nuevo el campo, gestos técnicos que arrancaban aplausos y guiños cómplices entre compañeros de antaño. No importaba el marcador, importaba la foto fija de un pueblo entero mirando hacia sus raíces y celebrando la herencia deportiva que todavía palpita.
El homenaje tuvo su prolongación en la cena posterior, que reunió a más de un centenar de personas. Entre brindis, anécdotas y abrazos, se recordó a los dos protagonistas ausentes, cuyo legado sigue vivo en cada gol, en cada entrenamiento y en cada historia contada junto a las porterías de Las Ramblas.
Ayer, Jaraba no solo celebró un partido: recuperó un trozo de su alma futbolera. Y lo hizo como mejor sabe, llenando su campo de vida, de orgullo y de emoción.
Fotografías: José A. Berdie
JALON
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