Este año de mierda
no merece una poesía,
pero con estas letras
intentaré sacaos una sonrisa,
El mes de enero llegó arrasando,
con los guiris saliendo de Europa.
En Australia no fue la cosa mejor
pues se les quemó media costa...
En febrero China ya estaba jodida,
pero mucho no nos importaba...
estábamos bailando en la Pista
con pelucas y las caras pintadas.
Allá por marzo se complicó el tema,
pues se nos avecinaba una buena…
excepto para el Alcalde de Sevilla,
que por c****** sacaba a la Macarena.
En abril todos pegados a la tele,
a ver que decía Pedro Sánchez,
a él y a Fernando Simón
ya los veías más que a tu madre.
En mayo nos sacaron de casa
y todo el mundo se volvió deportista:
no habías corrido en tu vida,
pero lo que fuera por dar una vueltecilla...
Y llegó junio, sin San Juan...
¡quién nos lo iba a decir!
Al menos podíamos ir al bar
¡qué estábamos hartos de videollamar!”
Julio, agosto y septiembre
fueron unos meses raros:
fuimos al pueblo en verano
pero no cantamos ni bailamos.
No hubo desfile en octubre:
ni la legión, ni su cabra.
Nos pusieron hora de volver a casa
¡otra vez en estado de alarma!
En noviembre perdió Trump,
que era poco amigo de las mascarillas.
Se aprobó otra ley de educación
y le cayó una buena a la ministra.
Acabamos el año en diciembre
con la vacuna preparada:
la primera valiente, Araceli,
¡ya es historia de España!
Y aunque esta nochevieja,
no vaya a ser como las demás...
hay algo que no nos pueden quitar:
el juntarnos p’al último vermú del año,
y ya mañana,
Dios dirá.
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