EL COCHERITO LERÉ

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Un artículo del Confidencial, de Héctor G. Barnés: “El placer de poder permitirse no tener coche cuando eres un urbanita de clase media” me plantea el eterno dilema de las leyes y normas pensadas para la ciudad y desde la ciudad sin tener en cuenta ese 90 % de territorio rural que tiene España y que está poblado por un mísero 20 % de población.

 Solamente se puede calificar de crueldad la norma según la cual a medida que envejeces te van recortando la capacidad de conducir, entendible para un octogenario que vive en espacio urbano con servicios públicos aceptables- Realmente el automóvil en ciudad te da más problemas de lo que te aporta y cada vez hay más urbanitas que renuncian al coche- Pero en los pueblos pequeños, y nuestra comarca está lleno de ellos, el coche es una necesidad. Con servicios públicos, que casi se pueden considerar inexistentes, una simple visita médica se convierte en drama: si no consigues ajustar el horario al escaso tiempo entre la llegada y salida del único autobús la visita te saldrá por 80 o 100 euros, porque la sanidad es gratis pero el taxi no.

 El mundo rural es como una gran ciudad, pero sin servicio de transporte: tienes que ver a familiares que viven en el pueblo cercano; hay que comprar- apenas hay tiendas y las que hay muy básicas- la burocracia, los bancos…incluso para tomarte un café tienes que desplazarte. La población es cada vez más mayor y les quitamos el último recurso de independencia que tienen: el coche, con la excusa de que son peligrosos en carretera ¡¡Mucho!! No veas las carreras que echamos los jubilados por la Calle Mayor con coches superpotentes. Igual la solución estaba en ponerles una L. limitativa, igual que a los conductores noveles y no en quitarles el carnet.

 Y el impuesto de autopistas, otra piedra para la sociedad rural, acabaremos conduciendo por los caminos.

 El campo sufre muchas injusticias, no tiene servicios, vivir en él es más caro- por mucho que digan los urbanitas- y se paga impuestos igual, el recurso político de la “España Vaciada” empieza a sonar a estafa de campaña electoral, todo son injusticias, pero hay cosas que son crueldad.

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