PARA MARINA…

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El curso está llegando a su fin. Y como cada año, nos toca despedir a alumnado y profesorado. Chicos y chicas a los que ves crecer durante casi diez años y compañeros con los que compartes muchas jornadas, muchos anhelos, muchas alegrías y alguna que otra preocupación.

Este fin de curso, me hace recordar mis comienzos en la enseñanza. Algunos de los que leáis estas líneas ya sabréis que comencé como maestra en el Colegio Público Quevedo de Cetina. Esos primeros cursos jamás se olvidan, al igual que no se olvida a esos primeros alumnos y alumnas; y por supuesto, a esas primeras compañeras de trabajo. Tuve la suerte de comenzar a trabajar al lado de dos grandes personas, Pilar Ilarregui y Marina Carrascón.

La primera, ya se jubiló hace unos añicos, pero tengo que decir que aún me encanta conversar con ella, aunque sea muy de vez en cuando y telefónicamente (lo que son las cosas, ahora yo vivo en Ariza y ella está ocupando mi hueco en Zaragoza). Aprovecho para darle las gracias desde aquí, por la estupenda acogida que me dio y el cariño que siempre me enseñó a trasmitir a los chiquillos de la escuela.

Pero, no es a ella a quien queremos dedicar este artículo de hoy, es a Marina.

Este es tu último curso escolar en activo, y te quedan muy poquitos días, pero seguro que van a ser muy intensos. Estoy segura de que serán días llenos de emociones y recuerdos, muchos recuerdos.

A cualquiera que me pregunte, le diré que fuiste una de mis primeras compañeras y que siempre vi en ti un ejemplo de trabajadora incansable y de maestra que llevaba a clase todo bien atado y que, por eso y tu buen hacer, era difícil que tus chicos no progresasen contigo a su lado, que siempre te encargabas de trasmitirles entusiasmo por aprender.

Después de estar en Cetina junto a ti, cambiaste de aulas y te marchaste a las del CEIP Pablo de Luna en Alhama de Aragón. Cuando se creó el CRA Puerta de Aragón, con aulas en Alhama de Aragón, Ariza, Cetina y Monreal de Ariza, volvimos a ser compañeras durante un curso escolar. Tras unos años, mira por donde, yo regresé al CRA y te encontré como directora del mismo. Tu trabajo, una vez más, era impecable, formabas un equipo estupendo junto a otras dos compañeras y amigas que ahora también están jubiladas.

Lo que no podía imaginar era que, poco tiempo más tarde, yo iba a ser quien continuase como directora en el CRA que vi nacer. Dejaste el listón muy alto y aunque a veces lo he intentado, no he podido alcanzar tu capacidad de trabajo en cuanto al control de la legislación y a tener los papeles al día. Una vez más, en muchas ocasiones he envidiado (siempre de forma sana) tu control y buen hacer.

A nivel personal, estoy contenta de haber conocido a tus hijos, e incluso he haber podido trabajar junto a Pilar, tu hija y digna sucesora en la profesión. En la Escuela he tenido la suerte de conocer a muchos maestros y maestras que hoy forman mi otra familia, la pedagógica, también muy importante para mí. Así que, como somos de la misma familia, me puedo permitir darte un consejo: cuando termines las vacaciones de verano, disfruta con júbilo de esta nueva etapa.

¡Marina, enhorabuena de toda la familia del CRA Puerta de Aragón, que también es la tuya!



Mari Carmen Vicente Labarta

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