ESPERANDO AL PÁRROCO-AGUAVIVA DE LA VEGA 1901

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En ocasiones se hace difícil visualizar una historia. Poner de alguna manera una imagen mental de como pudieron haberse desarrollado los acontecimientos, su contexto, sus personajes. Eso mismo ocurre con la historia de hoy. Y es que por más vueltas que le doy no acabo de ver a un párroco, llegando a los 12,22 minutos de la noche a la estación de Radona, acompañado de su padre Toribio, su madre Bernabea, los hermanos del párroco Ludulfo e Irinea y el tío, Román de Miguel.

Para empezar, hoy no existe la estación en Radona, pero la hubo. Los recuerdos que servidor tiene de la estación, apeadero, para ser exactos, es la de un compañero de la SAFA (colegio de Sigüenza), cogiendo el tren, en el mejor de los casos acompañado por su padre. El tren ya no para y la verdad tanta gente en el andén y con nombres tan raros es una imagen, como mínimo extraña.

Aunque cueste asimilar eso es lo que ocurrió el 29 de marzo de 1901, cuando Julio de la Llana Hernández, párroco asignado a Aguaviva, llegó con su “séquito “, léase familia a Radona.

Lo curioso que, a esas horas, también estaban en el andén de Radona, una comisión de Aguaviva, para recibir a su párroco. Menuda multitud y a esas horas, lo siento, pero sigo sin visualizarlo, aunque la historia es rigurosamente cierta.

Hemos de tener en cuenta que los trenes de la línea Torralba -Soria, circulaban de noche para enlazar con los nocturnos a Madrid y Barcelona. El viaje Torralba a Soria, demoraba cuatro horas. Los martes había un tren diurno. Cuanto valor cobra el famoso “vagón de tercera”, de Machado, en esos épicos y maratonianos viajes en tren.

A esas horas, tuvieron que dormir en la casa del párroco de Radona, D. Manuel López, el recién llegado cura, en su escala en Radona, camino de Aguaviva, y su familia. No creo que la comitiva de Aguaviva también durmiera en casa de D. Manuel, demasiada gente para tan pocos colchones.

A la mañana siguiente, misa en Radona y en caballerías la comitiva partió para Aguaviva. Cuando aún faltaban algunos kilómetros, un gentío salió a recibir al párroco, una imagen poco usual que demuestra el talante de las buenas gentes de Aguaviva.

El ayuntamiento obsequió al nuevo párroco con un banquete. No consta que “el séquito familiar “, se quedasen a comer. Menudo dispendio para un pueblo de poco más de cien vecinos.

Venia D. Julio de ejercer como párroco en Matamata de Almazán, donde entusiasmaba a sus feligreses con su oratoria. Hace ya un tiempo que hablábamos, del tremendo párroco de Chaorna y su discurso incendiario. D. Julio los hacia llorar, le llegaba al corazón.

Era poeta y ejercía de periodista y cronista de Aguaviva para el Avisador Numantino.

Habla en sus escritos de como Aguaviva recibe el nombre, por la cantidad de manantiales. Describe la fuente:” Tenemos en abono de mi opinión, la hermosa fuente a pocos pasos del pueblo, con cuatro caños de hierro y un cañón, y llamó así a un desagüe, por el que sale más agua, que por diez caños”. Dice también que Aguaviva, se la conoce por Las Peñas, que es el calificativo que muchos designan al enviar la correspondencia. Vamos carta para Las Peñas, sinónimo de carta para Aguaviva.

Hace mención del dicho:” En Aguaviva, Utrilla y Almaluez, cogen un año para diez”, cuando las lluvias se muestran “ingratas y perezosas".

D. Julio había nacido el15/8/1876 en Barca (Soria), no estuvo muchos años en Aguaviva, solo entre 1901-1910.Murió el 26/6/1959 en Atienza, siendo párroco de dicha localidad, durante casi tres décadas, además de Miedes de Atienza y Retortillo.

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