LA JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN SIGUE ADELANTE CON SU PLAN DE REESTRUCTURACIÓN DE LA SANIDAD

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La consejera de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Verónica Casado, aseguró el pasado jueves que el Gobierno autonómico "sigue adelante" con el plan de reordenación sanitaria, que afectará especialmente a las zonas rurales rentabilizando al máximo el escaso recurso humano disponible y reordenando tarjetas sanitarias para que todos los médicos tengan un número similar de pacientes.

Según expresó Casado, "hay determinados sitios que no están correctamente ordenados" y "el déficit de profesionales en medicina de familia en el conjunto del territorio nacional se convierte en un reto a superar". Actualmente, y tal y como señaló la consejera de Sanidad en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno del pasado jueves,  "el 60 por ciento de los recursos atienden al 40 por ciento de la población", hecho que motiva una reestructuración con la premisa, según Casado, de que "nadie deje de tener un médico de familia y una enfermera de referencia".

Así, uno de los objetivos del plan es que si un médico se jubila, no se siga permitiendo que sus pacientes sean vistos cada día por un profesional diferente, y se asignen definitivamente a otros facultativos teniendo en cuenta "criterios básicos para que ese profesional no tenga ni defecto ni exceso de tarjetas sanitarias", tal y como ha ocurrido en Arcos de Jalón para reorganizar a los pacientes que quedaron sin doctor tras el último concurso de traslados en el que una plaza de médico de familia quedó vacante.

Según Casado, la "enorme dispersión territorial de Castilla y León" lleva a la Junta a plantear la "descentralización de los centros de salud" frente al modelo actual de centro y consultorio, con el objetivo de que los primeros estén "mejor dotados", apostando por la digitalización para disminuir procesos burocráticos y el refuerzo de la convivencia entre las citas presenciales y telefónicas, que se quieren utilizar para resolver dudas sobre medicamentos, resultados analíticos y otras consultas que no precisen el cara a cara médico-paciente.

Las medidas para reactivar el sistema son el reflejo del trabajo de los grupos creados para abordar la patología no COVID y la post pandemia, que están integrados por 20 personas de Primaria, tanto médicos como enfermeros, y 26 de Atención Hospitalaria, para compartir y realizar un análisis de la situación actual del sistema sanitario de la mano de los profesionales, priorizar los problemas para abordarlos, y detectar las oportunidades de mejora.

En Atención Primaria las medidas de choque de la Junta pasan por canalizar la demanda, para lo que se trabaja en el proyecto HADAS, que busca que el personal administrativo esté formado para identificar los motivos de consulta, es decir, si se trata de un asunto burocrático o de una consulta específica con enfermería o que debe resolver el médico. También resultará vital en la remodelación planteada por la Consejería de Sanidad de la Junta la gestión compartida de la demanda, especialmente para atención urgente durante la jornada ordinaria, de modo que cada paciente tenga una “unidad de atención a la familia”, constituida por un médico y un enfermero, que sea "lo más resolutiva posible", explicaba Casado.

La Consejería de Sanidad trabaja ya en su plan de choque para reconstruir un sistema “muy tocado”, según lo definía la consejera, que tendrá que hacer frente ahora a otra ola, la de las patologías no-Covid. El departamento que dirige Verónica Casado da ya los primeros pasos para una reforma sanitaria profunda con la premisa de "no dejar a nadie sin médico" y de "rentabilizar al máximo los recursos humanos de los que se dispone".


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