FIESTAS DESPUÉS DEL ENCIERRO

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      Antes, después del encierro nos íbamos a almorzar y descansar, ahora tras el encierro nos toca lidiar con hacer festejos.

      No va a ser fácil coger el ritmo. Yo la verdad, más que las fiestas, he echado de menos a los fiesteros. A esos amigos que ves poco, alguno de año en año, los graciosos y los sosos, a los que transmiten energía y a los que absorben y chupan alegría. Como pasa con los átomos que conforman nuestro cuerpo; tenemos electrones, livianos y vigorosos saltando y girando, generando vida y, neutrones estáticos, aportando estabilidad y peso.

       Dicen que esto pasado nos cambiara, no creo, al menos en lo esencial no, si acaso, se acentuaran más algunas personalidades, sobre todo, la de los pesimistas, los que enarbolan las banderas catastrofistas en cuanto pueden y tienen ocasión.

       Nos faltaran muchos, sobre todo mayores, los más vulnerables, ante lo que inesperadamente se nos vino encima. No me sale haceros recomendaciones, ya os han dado sobradas y sabias indicaciones, así que, la mayoría somos conscientes de las consecuencias ante la falta de moderación.

     Si, me gustaría pediros que intentáramos recuperar, la perdida alegría. Siempre he pensado, hasta en los momentos más duros del pasado encierro que, la epidemia que se trasmite con mayor celeridad, es el miedo, ese que repentinamente se nos mete dentro e, inevitablemente nos convierte en otras personas. Ese que, no nos deja vernos, besarnos o abrazarnos y, confunde la elemental prudencia con el brutal desapego.

         No penséis que hago apología negacionista, ni mucho menos es así, solo sugiero sentido común y meditar sobre el tiempo, ese que, una vez pasa no vuelve; ese que, hace que algunos momentos de nuestras vidas se conviertan en recuerdos eternos e imborrables.

       Ahora, en esta época que proponen como nueva, no dejéis de besar a quien queréis, aunque corráis algún riesgo; no rehuyáis la mano de un amigo, por favor, no le devolváis el saludo con un ridículo gesto. Eso sí, no comprometáis a los que aún hoy sientan miedo, ni os comportéis como acémilas en vertedero.

       Pero, no permitáis que os roben vuestros momentos. Descubriréis, no solo inconscientes, que hay muchos, sino amigos nuevos. Gente que, como vosotros quiere vivir y valora como un tesoro su tiempo. Respetar la congoja de los que piensan distinto, pero procurar que, no os cambien la vida políticos ni médicos.

        Creer en los amigos que os quedan y, en los que hagáis nuevos. Cantar, gritar con todas vuestras fuerzas, hasta que no os quede nada dentro y os sintáis como nuevos o, como antes del encierro.

        Y, cuando os digan que, no abracéis a vuestros seres más queridos, que ya tendréis tiempo, antes de obedecer, preguntarles a ellos……algunos solo esperan de nosotros y de la vida, que les regalemos ese especial e inolvidable momento.

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