REUNIÓN DE GENERALES-FRANCO Y MOLA EN ARCOS DE JALON 1937

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Decía Herbert Matthews, periodista del New York Times en la Guerra Civil, sobre la batalla de Guadalajara: “La derrota de los italianos en Guadalajara es un desastre comparable al de la batalla de Bailén para Napoleón “. Y tan desastre, hasta el punto de que se considera la primera derrota del fascismo en Europa y con una gran cantidad de bajas para las tropas italianas. La batalla de Guadalajara atrajo a personajes como Hemingway, Errol Flynn y Antoine de Saint Exupery, el autor del Principito, entre otros, como corresponsales de guerra. Y es que dicha batalla tuvo una gran repercusión internacional.

El mayor contingente de la batalla estaba a cargo del llamado Corpo di Truppe Volontarie (Cuerpo de Tropas Voluntarias), dirigido por el general italiano Mario Roatta, y contaba con 35.000 efectivos, a los que había que sumar 15.000 de la División Soria, frente a los 20.000 soldados republicanos del Ejercito del Centro. 

Roatta había establecido su cuartel general en Arcos de Jalón el 2 de marzo de 1937, en una fonda al pie de la carretera. Las escuelas del pueblo se convirtieron en centro de operaciones. Seis días después  empieza la batalla de Guadalajara, que durará hasta el 23 de marzo de ese mismo mes.

La noche del 14 al 15 de marzo, Roatta se reune con su Estado Mayor en Arcos para establecer una segunda línea defensiva, por si la situación empeora. Vamos, un retroceso de posiciones.

La situación era tan delicada para los sublevados a mediados del mes de marzo que, el día 15 por la mañana, se reúnen en Arcos cuatro generales del bando nacional: Roatta, Franco, Mola y Kindelan. La reunión debió ser bastante tensa. Roatta estaba por la labor de retirar tropas y Franco y Mola seguían pensando que los italianos debían llevar el peso de la operación. Franco argumentaba que la situación no era tan mala.

Posiblemente la reunión debió tener lugar en las escuelas, al ser este el centro de operaciones y donde con total probabilidad habría una “sala de mapas”. Sabemos que Roatta debió salir un tanto enfadado, sabedor que la batalla estaba perdida y sus hombres no daban la talla. Al día siguiente, Roatta envía una circular que,  para más INRI, cae en manos enemigas. En dicha circular tacha de cobardes a sus hombres.

Al término de la batalla, el 23 de marzo de 1937, los italianos habían perdido 3000 hombres, 4000 heridos, 800 desaparecidos y 800 prisioneros según algunas fuentes. Un auténtico desastre.

Roatta culpó a su tropa con la celebre frase “mis hombres no odian al enemigo”, y así era. Aquellos voluntarios no estaban preparados para la batalla. El general Bergonzoli decía que en Guadalajara, había dirigido no a soldados, sino “comparsas de una película de romanos", y no le faltaba razón, pues bastantes de esos soldados habían participado en una película sobre Escipión el Africano, en Italia, poco antes de embarcar para España.

Tampoco fue entendida la decisión del general italiano de establecer el cuartel general en Arcos, a ¡casi 80 kms del frente!

Sin entrar en valoraciones de ningún tipo, la reunión de cuatro generales en Arcos es un suceso sin precedentes en la localidad soriana. El paso de las tropas italianas por el Alto Jalón dejó multitud de anécdotas y alguna que otra historia romántica que nuestras abuelas guardaron celosamente.

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