LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN EL ÁMBITO RURAL: MASCULINIZACIÓN, FALTA DE OPORTUNIDADES LABORALES Y AISLAMIENTO DE LA MUJER

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El asesinato de las hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, el 25 de noviembre de 1960 por orden del dictador Rafael Leónidas Trujillo, del que eran opositoras, llevó a Naciones Unidas, veinte años después, a declarar esa misma fecha como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Desde entonces, el 25 de noviembre, es el Día Internacional para la eliminación de la Violencia contra la Mujer. 

  • Ayuntamientos e instituciones regionales y provinciales del Alto Jalón señalan con diferentes actos este día en el que se pretende señalar también la situación de la mujer en el ámbito rural. La masculinización de nuestro entorno, la falta de oportunidades laborales y el aislamiento geográfico y social, influyen en la invisibilidad del maltrato, lo que provoca que en estos entornos, la víctima tarde una media de 20 años en denunciar estas situaciones.

El Pacto de Estado en materia de Violencia de Género promueve la especial atención al medio rural: mejorar el conocimiento para la prevención, más campañas de sensibilización, perfeccionar la asistencia y ayuda a las víctimas, incluyendo la actuación policial y la tutela penal, y apoyar la participación y protección de la mujer rural. En este sentido, la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales ( FADEMUR), en colaboración con el Ministerio de Igualdad, con ocasión del Día Internacional de la Mujer Rural, hizo en 2020 la presentación del primer estudio sobre violencia de género “Mujeres Víctimas de Violencia de Género en el mundo rural”. De él se desprende que no existe un perfil concreto o un patrón de mujer rural susceptible de considerarse como víctima de esta violencia, aunque sí se observan ciertos factores de riesgo y situaciones de vulnerabilidad comunes, estableciéndose las siguientes conclusiones:


  • Los roles sexistas tradicionales perduran en el mundo rural de manera más arraigada: hay una presión social para la perpetuación de mitos patriarcales. Son predominantes los estereotipos, mandatos de género y creencias machistas en torno a un sistema de dominación-sumisión, llevando a normalizar la desigualdad y la violencia de género en los territorios.
  • La  VG suele percibirse más como “asunto familiar y privado”: Se asume como un problema del matrimonio o de la pareja, más que como un problema social y estructural.
  • El triple aislamiento de las víctimas: las mujeres del mundo rural sufren un triple aislamiento, al no poder apropiarse de los espacios públicos y estar relegadas a espacios privados; se ven aisladas geográficamente, pero también en su propia casa. Se perciben aisladas de todo el mundo, por ende, se enfrentan a un aislamiento social y familiar.
  • La larga duración de las situaciones de maltrato (una media de 20 años al lado del maltratador): donde predomina la dependencia económica de su maltratador y el miedo a ser juzgadas por su propio entorno. Sentirse solas y desprotegidas es otro de los argumentos expuestos para justificar su situación.


Según el estudio, en el mundo rural se comprueba una normalización de la violencia de género: “Se piensa que es algo normal”. Ante este fenómeno de legitimación social para la dominación de los hombres sobre las mujeres, las entrevistadas por FADEMUR manifestaron impotencia y, como consecuencia, se retrata a la par una invisibilidad de dicha violencia. Es un discurso que prevalece entre las entrevistadas. Pero, lo inesperado, lo que se arraiga con fuerza y donde tendremos que poner los focos, es en la invisibilidad del maltratador, y sentencian en su discurso que “En el mundo rural, nadie conoce a los maltratadores, sólo a las maltratadas” “Se apoya al maltratador”.

Ayuntamientos, Comunidad de Calatayud, Diputación Provincial de Soria y Diputación Provincial de Zaragoza, realizan hoy actos y comunicados para concienciar y arrojar luz, concienciar y visibilizar la situación de la mujer rural y su vulnerabilidad frente al maltrato. Así, la Diputación de Soria ha arrancado una campaña a través de YouTube destinada a concienciar a las más jóvenes sobre los primeros signos de maltrato.





Por su parte, el Área de Bienestar Social de la Comarca Comunidad de Calatayud, a través de los servicios sociales de la institución, ha organizado una serie de actividades para conmemorar el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Talleres, formaciones, realidad virtual y otras actividades que completan un programa para visivilizar la problemática y concienciar contra la violencia a las mujeres que culminará hoy, a las 13 horas en la sede de la institución, con la lectura de un manifiesto por parte de Yolanda Larpa, acto que el año pasado realizó Pilar Marco, vicepresidenta de la Comunidad y teniente alcalde de Alhama de Aragón.


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Alrededor de toda una serie de actos y comunicados, todos los grupos políticos de la Diputación de Zaragoza, a excepción de VOX, se han puesto de acuerdo para impulsar un manifiesto con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra Mujer. El texto de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), y respaldado por 26 de los 27 diputados de la DPZ, subraya el papel de las entidades locales y reconoce “la gravedad de la violencia machista como un problema político de primer orden, de salud pública y como un grave atentado a los Derechos Humanos fundamentales”.

El texto hace hincapié en que “es necesario garantizar la igualdad de género y los derechos de las mujeres como elementos clave para la recuperación social y económica de todas las personas a nivel global”, además de defender la necesidad de promover acciones globales consensuadas que aseguren la continuidad de las políticas dirigidas a la eliminación de las normas sociales discriminatorias y el refuerzo de los programas de prevención y lucha contra la violencia de género.


El manifiesto también defiende la implementación de proyectos y programas locales por la igualdad de género en el empleo, y el apoyo al espíritu empresarial de las mujeres, “como medidas para preservar su independencia económica y prevenir la violencia de género”. “Manifestamos nuevamente nuestra preocupación por las altas tasas de empleo temporal de las mujeres que, unido a la destrucción y la caída del empleo advierten de un peligroso aumento de la brecha de género”, expresa. 

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