EL MOTÍN DE EMBID
Al menos en estos dos últimos siglos y gracias a la prensa escrita el lector siempre ha podido mantenerse bien cerca de los acontecimientos históricos, ha podido reconstruir en su memoria a través de las palabras de un escritor que narraba con detalle la historia que sucedía. Parece muy propio dedicar un capítulo de estas memorias a la prensa escrita, conocer alguna de las noticias más interesantes de esta villa y por seguro desconocidas para la gran mayoría.
El Diario de Avisos de Zaragoza, fue el principal medio de publicación entre los años 1870 y 1937 en la capital aragonesa de Zaragoza y en él encontramos la primera noticia sobre Embid de Ariza, a principios de la Tercera Guerra Carlista.
Diario de Avisos de Zaragoza, 1873
Manuel Marco y Rodrigo, también conocido como Marco de Bello era un comandante general de los carlistas aragoneses, y tal como lo encontramos en esta noticia tuvo que existir un gran revuelo que pasaran por el pueblo estas personas armadas con revólver.
El 1881 cuenta el Diario Católico que una respetabilísima persona ha escrito de Embid de Ariza para dar cuenta del lamentable abandono en que se encontraba la iglesia del pueblo que amenazaba ruina, una noticia que sin duda bien podría replicarse en la actualidad de otros patrimonios. También, en ese mismo diario nos hablan de la vacante que ha quedado del Médico Cirujano “cuya dotación es 125 pesetas por la asistencia de siete familias pobres y lo que contrate con los demás vecinos, los que se comprometerán a satisfacerle por dotación de 46 a 50 cahices de trigo”
Hay que hacer saber al lector que durante todo este tiempo la climatología era objeto de noticia, siempre en grado de suceso, comprendiéndolo como el caso de las inundaciones, riadas y pedriscos que a menudo destruían cultivos, derribaban casas y en definitiva sometían al pueblo a un estado ruina. En ciertas ocasiones se solicitaban créditos e indulgencias sobre los impuestos que no siempre se concedían. Tal era así que Embid estuvo expuesta a grandes catástrofes, el pedrisco de 1902 y la riada de 1905 que destruyó cultivos, casas y puentes. Durante años dejaría a Embid en un estado de miseria y esta situación lo conduciría a lo que la prensa llamó “El motín de Embid” en el año de 1913.
La Crónica, 25 de agosto de 1913
La Crónica, 23 de agosto de 1913
“Un pueblo amotinado, hiere al recaudador. … De cómo ocurrieron nada dice el parte oficial, pero no es menester mucho para reconstruir la escena. Llegó el agente ejecutivo, encargado de la recaudación en este periodo de las cuotas por consumo, produciendo efecto desagradable su presencia; comenzó el ejercicio de su deber y poco a poco fué subiendo la efervescencia nacida en el vecindario, bastando cualquier incidente, una pequeña chispa, para que el disgusto se inflamara y se produjera la hoguera.
El pueblo se amotinó: en compacto grupo, hombres, mujeres y niños, recorrieron las calles en manifestación de protesta, dando voces, encontraron al recaudador y hubo un exaltado que lo hizo blanco de sus iras. Esto es lo que debió ocurrir en Embid, como ha ocurrido en otros muchos pueblos. También pudo recibir las lesiones el agente, en una pedrea a la Casa Consistorial de que habla en el telegrama de la guardia civil y que pudo ser motivada por haberse refugiado allí el funcionario ante la amenazadora actitud del vecindario. Afortunadamente las heridas del recaudador no son graves, habiéndole permitido abandonar el pueblo para evitar daños mayores.
A la par que el herido, se encontraba realizando la exacción el recaudador de Contribuciones auxiliado por una pareja de la Guardia Civil. Temiéndose que su acción pudiera reproducir los hechos pasados y hasta nueva orden, éste ha suspendido la cobranza. Según expresan en su despacho los civiles, la situación del pueblo mencionado es difícil: reina extraordinaria excitación en los ánimos que no han conseguido aplacar, ni la suspensión de la recaudación, ni la salida del agente, temiéndose ocurran nuevos y desagradables incidentes.”
En La Crónica, averiguamos que el alboroto tuvo su origen la mala impresión que produjo el coincidir los dos recaudadores, el de consumos y el de las contribuciones. “El agente ejecutivo de consumos, al ver el mal cariz que el motín tomaba, huyó, siendo perseguido por unos cuantos que lo apedrearon”
Finalmente todo se restableció a la normalidad, y al día siguiente, a última hora de la tarde, el capitán jefe dirigió el siguiente despacho “Continua tranquilidad material, a pesar haberse reanudado la cobranza de la contribución”
También encontramos noticias festivas y de júbilo como la fiesta de Santa Quiteria en el año 1920, en La Crónica de Aragón, sobre el refresco que ofreció el alcalde Juan Ortega y su esposa María Gómez, donde abundaban toda clase de licores, pastas y buen humor además del reconocimiento al maestro por implantar en la escuela la “Mutualidad Escolar de San Pascual Bailón”.
El Noticiero, en 1933 a principios de la Segunda República española anunciaba “La Sociedad de Campesinos de Embid de Ariza”, con la aprobación de los estatutos de la sociedad de obreros campesinos que les permitiría concertar contratos de arrendamiento colectivo y beneficiarse de las ventajas decretadas de la política agraria republicana que atacaba directamente al sector latifundista.
A mediados del siglo XX llegaría el agua potable al centro de la villa, en 1945, El Noticiero nos relata el entusiasmo y la animación que se generó con la inauguración de la fuente. Para celebrarlo se hizo una santa misa con procesión de la Virgen de las Angustias, el cura bendijo el agua de la fuente que había sido construida por Aureliano Villarreal en atención a su difunta madre que era de Embid. El médico del pueblo, Amado Conde dio a conocer los beneficios para la salud del vecindario y el alcalde José Latorre dio un discurso sobre el interés de conseguir esta mejora. “A continuación se interpretaron varias piezas de concierto por una rondalla que componen los jóvenes de este pueblo, Fernando Latorre, Antonio y Martin Mariscal, Manuel y Primiano Villarreal, Francisco Latorre, Primitivo Esteras, Vicente Esteras, Félix Ortega, Mariano Remacha y el maestro Aureliano Villarreal Pola, terminando con la jota, cantándose varias canciones”. Aureliano Villarreal era albañil, de Carenas, realizó obras importantes para el pueblo, como la casa grande de los Remacha y la de los Vallejo a la entrada del pueblo.
Rondalla de Embid de Ariza, Primitivo Villareal, Francisco Latorre, Antonio Mariscal, Mariano Remacha, José María Latorre, Rufo Soria, Primitivo Esteras, Félix Ortega, José María Esteras, Manolo Villarreal, Vitoriano Soria, Vicente Esteras, maestro Aureliano Villareal. Asoc. Histórico Cultural de Embid de Ariza
El 3 de Febrero del año 1947 se celebraría la festividad del patrón de Embid, San Blas, actuando por primera vez la agrupación artística de teatro que se había formado ese mismo año. El Noticiero nos dice que gracias a la labor del maestro nacional don Isidro Alonso Guajardo fueron interpretadas con gran éxito “El soldado de San Marcial” y “Sindo el tonto” y que hubo de repetirse tres veces en días sucesivos, todos los fondos se destinaron a las Escuelas. Visto el favor del público se celebraron más veladas artístico-literarias, como en el siguiente mes de abril, aquí el diario nos detalla la noticia,
“Se puso en escena un drama titulado Derecho de asilo, descollando la labor de sus intérpretes, José María Villarreal, Fernando Latorre y Octavio Sabioso, que estuvieron magníficos en sus difíciles interpretaciones. Hubo parte cómica con los sainetes Los aparecidos, y extraperlo del tabaco. Sus principales intérpretes fueron: Benito Vergara, Martín Mariscal, Francisco Latorre, Pedro Esteban, Fernando Latorre, Rufino Horna, Faustino Horna, Andrés Bernal, José Blasco, Pedro Vergara y muchos más” También interpretaron el sainete cómico “Colasillo el lugareño” por los niños Agustín Esteras, Jesús Latorre, Angel Bordejé y Honorio Giménez. Por último la poesía “La pedrada”, por Ricardo Villarreal. No he logrado encontrar la poesía, pero siendo este un recurso tan habitual para mostrar la divergencia del embidano puedo imaginarme de qué trataba.
Ocho años después vendría otro gran momento de júbilo para los vecinos, el 4 de septiembre de 1955 tendría lugar la prueba de instalación de energía eléctrica realizada por Saltos Unidos del Jalón. “En la Casa de la Vega movió la palanca de mandos del transformador la señora doña María del Pilar Sigüenza de Íñiguez, y en el pueblo el señor alcalde, don Juan Remacha Martín, dando un resultado completamente satisfactorio” El Noticiero. El 11 de noviembre de ese mismo año el gobernador civil José Manuel Pardo de Santayana visitaría Embid para la inauguración del transformador que sería bendecido por el cura en un gran acto de todo el pueblo. A continuación las autoridades se trasladarían al lugar donde se estaban realizando los trabajos de captación de agua a iniciativa del catedrático de Zaragoza, el doctor Íñiguez Almech y a cargo del Instituto Geológico.
Inauguración de la instalación eléctrica
Fotografía del estado de las obras de captación de agua”
Autoridades visitando las obras de captación de agua
Son verdaderamente interesantes, y existen multitud de noticias sobre Embid de Ariza, algunas de sucesos trágicos, otras que nos hablan de bodas, también descritas las catastróficas riadas, epidemias, pedriscos, anuncios sobre las cosechas, cuentas, estadísticas y cantidad de curiosidades que me veo obligado a dejar para otro capítulo de las Memorias de Embid de Ariza, la historia contada a través de la prensa, poco nos quedaría más que el recuerdo efímero sin estos grandes autores periodísticos, de todas formas para los que no pueden esperar les dejo con una última noticia.
El día en Zaragoza, de La Derecha, en el año 1886 dice así, “De un apreciable suscritor de Embid de Ariza recibimos reclamaciones, porque le faltan con mucha frecuencia los números de nuestro periódico. Si en algo estiman los empleados de correos esta indicación, sírvanse no interceptar los ejemplares que con su correspondiente faja salen todos los días de esta administración y deben llegar a su destino sin tropiezo alguno. Si esta advertencia no se atiende en el caso concreto a que nos referimos, procuraremos obrar de otra manera.”
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