La Soldadesca de Iruecha regresó este sábado entre la alegría de los vecinos y vecinas de la localidad soriana del Alto Jalón y el numeroso público visitante presente, que no quiso perderse este festejo, Fiesta de Interés Turístico Regional desde 1991, y el más característico de los que se celebran en Iruecha dentro de las fiestas patronales en honor de la Virgen de la Cabeza, junto al Rosario de Faroles, que también volvió a celebrarse este domingo.
Documentada desde el primer tercio del siglo XVIII, en el año 1728, su origen como ‘lucha de moros y cristianos’, se iniciaría en torno al año 1198, cuando la caballería villana de los pueblos de la sierra del Solorio, comandados por algún señor local, derrotaran a la expedición almohade en algún lugar próximo a la localidad de Iruecha. Un hecho que se festejó grandemente por los pueblos de la zona hasta el punto de que se convirtió en costumbre su conmemoración anual.
Iruecha volvió el sábado a contemplar el espectáculo de la invasión por parte del ejército moro, que despreciando la religión cristiana, intenta arrebatar a los vecinos la imagen de la Virgen. La enérgica reacción por parte de los cristianos no se hace esperar, y defienden con sus armas la imagen de su Virgen de la Cabeza.
Tras el enfrentamiento verbal entre los dos bandos a caballo, comenzó la pelea con espadas que terminó con la victoria cristiana y la conversión de los moros ante el júbilo de los presentes. La representación prosiguió con una divertida sátira protagonizada por unos personajes que representan al alcalde y al párroco de la villa, parodiando la autoridad municipal y las costumbres de los vecinos, y poniendo un punto final simpático y divertido a esta lucha de moros y cristianos que volvió, dos años después, a representarse el sábado en Iruecha.
Treinta y tres años hace ya desde que se recuperó la Soldadesca del olvido tras el éxodo rural sufrido en Iruecha. Los descendientes de los que se marcharon, mantienen ahora está tradición y el baile de las banderas, esperando, ojalá no sea una quimera, una recuperación de población en esta bella localidad del Alto Jalón soriano limitando con las provincias de Zaragoza y Guadalajara.
Continuando con las fiestas en honor a la Virgen de la Cabeza en Iruecha, ayer, domingo, tuvo lugar otra de las representaciones visualmente atractivas e históricamente importantes que tienen estas fiestas de la pedanía de Arcos de Jalón. El Rosario de Faroles también se recuperó tras la Covid-19.
Ochenta faroles de diferentes formas y colores salieron de nuevo en procesión acompañando a la imagen de la Virgen ofreciendo un espectáculo emocionante de solemnidad y color en la noche iruechana en una tradición de la que se desconoce su origen pero de la que se tiene constancia desde hace ya más de un siglo.
JALON
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