¿ENTIENDE EL FUEGO DE BANDOS?

El día 18 de julio de 2022 quedó una huella negra de ceniza en nuestros calendarios. Desde entonces, todos los aquí presentes sabremos de ahora en adelante lo que fue un antes y un después en nuestras vidas.

Cientos de personas de numerosos municipios, se volcaron en la lucha, organización, actuación y voluntariado para frenar el fuego y conseguir una pronta recuperación de los montes y de la reparación de los daños efectuados a los dueños de fincas, infraestructuras y otros bienes personales.

Vecinos voluntarios de los once municipios afectados por el incendio (Ateca, Bubierca, Moros, Villalengua, Terrer, Alhama de Aragón, Villarroya de la Sierra, Cetina, Castejón de las Armas, Contamina y Embid de Ariza) se juntaron para crear la Asociación Raíces y brotes del Monegrillo, vecinos voluntarios de ochenta y siete municipios se organizaron en un grupo de trabajo dentro de la Asociación ochenta y siete razones y más. Otros tantos, desde distintas asociaciones, corporaciones (ayuntamientos, ff. y cc., empresas privadas y públicas, mundo de la seguridad y salud…) y agricultores cedieron y se dejaron la piel por sacar adelante un imposible como volver a la normalidad cuanto antes.

Pero Embid de Ariza siempre es especial. Es especial cuando batió el récord de ser el municipio más pequeño con la manifestación convocada más grande; es especial cuando el Ayto. es un concejo abierto y solicita la exención de un secretario-interventor de carrera para ahorrar dinero, pero el alcalde-presidente es el que más cobra de la zona; es especial porque no deja empadronar a los vecinos, pero sí hay gente empadronada que vive y/o hace vida fuera del municipio; es especial cuando con pocos más de treinta habitantes censados, el gasto de personal asciende cada año (actualmente 37.000€) significando casi un 50% del presupuesto general; es especial cuando los ayuntamientos se desviven por no ahogarse en la España vaciada, pero éste defiende el vivir al borde de ser un pueblo fantasma; y sobre todo…

Es especial cuando yo, Javier Baena Luengo, presidente de la Asociación de Vecinos y vecinas de Embid de Ariza, llamé al teléfono móvil del Ayto., en mitad del infierno forestal, para aparcar las posibles diferencias y centrarnos en la colaboración de todos en la posible extinción y prevención del incendio, participación con los equipos de extinción y pronta recuperación del monte tras el incendio, además de agradecer la actuación de los agricultores locales (O. M. P. y J. M. H.). Durante la llamada, en mitad de mi explicación de los objetivos a perseguir en esta unión, fui colgado tras excusarse el alcalde de que “no conocía a ningún Javier Baena”. Capaz de dar otra oportunidad, su móvil recibió varios mensajes de WhatsApp, a la par que una instancia general a través de la sede electrónica, solicitando un alto el fuego.

Y un mes después, firmado por el alcalde Joaquín Mariscal Horna, el ayuntamiento está cerrado por vacaciones durante el mes de agosto. ¿Nos podemos permitir ese lujo?, ¿considera suficiente la ayuda-responsabilidad que prestó como agricultor-alcalde? Mientras tanto, una vez extinguido el incendio, los vecinos (en vacaciones o no) y las diferentes asociaciones colaboran, trabajan, se manifiestan, buscan, donan y ayudan para no perder lo que un día fueron nuestros montes: carrascales, matorrales, fuentes, caminos, parideras, pastos, colmenares, abejas y animales salvajes.

¿Qué persona, en riesgo extremo de perder su término municipal por incendio, rechaza ayuda voluntaria?, ¿de verdad son suficientes las manos cuando la llama ha penetrado en casa?, ¿es éste entonces, comportamiento correcto y la responsabilidad de un alcalde-presidente?

Lamentablemente, al alcalde, ni está, ni se le espera. Sigue entonces, peleando por lo que ha sido su objetivo desde un principio, y como hemos dicho: vivir al borde de ser un pueblo fantasma.

Vergüenza me daría a mí.

Embid de Ariza no olvida tampoco.