LOS PASTOS QUEMADOS OBLIGAN AL ÚLTIMO PASTOR DE ALHAMA A LLEVARSE SU REBAÑO A POZUEL DE ARIZA

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José Miguel Marco, de 45 años, es el último pastor de Alhama de Aragón. Ganadero de ovino, mantiene un rebaño de 1.800 cabezas que pastaba entre los términos municipales de Alhama de Aragón, Bubierca y Ateca, antes de que el incendio declarado el pasado 18 de julio en Bubierca arrasase los pastos por completo. En concreto, un 54% de esos pastos, arrendados en su mayoría a los ayuntamientos de Ateca y Bubierca, y a la Confederación Hidrográfica del Ebro, resultaron calcinados por el fuego.


En el incendio, José Miguel perdió, además de más de la mitad de los pastos para sus ovejas, un corral, vayado e infraestructura de su negocio. Las ayudas contempladas por el Gobierno de Aragón le aseguran 45 euros por cabeza de ganado hasta un máximo de 20.000 euros. "Cobraré lo máximo, pero con eso no me da ni para dos meses de alimentar con pienso al rebaño", se queja el ganadero, que viendo que "los 20.000 euros se me van a ir solamente en arreglar las infraestructuras quemadas", ha tenido que tomar la drástica decisión de separar su rebaño y llevarse a 1.400 ovejas y 12 de sus cabras a Pozuel de Ariza en busca de pastos para mantener la rentabilidad del negocio.


"Lo que ha quedado de mis pastos sin quemar se lo come mi rebaño en unos meses, y eso obligaría después a darles pienso, que con el encarecimiento que ha tenido, haría inviable mi explotación", indica José Miguel, que se ha encontrado con una situación, no buscada, en la que "tenía tres opciones: o sacrificar a 1000 ovejas, o tener uno de los ganados a pienso, o irme de aquí", relata resignado a marcharse a Pozuel de Ariza, a 30 kilómetros de su casa. "Los terrenos que hay en la zona los utilizan otros ganaderos para sus rebaños, así que el pueblo más cercano al que puedo ir es Pozuel de Ariza", nos cuenta preparado para emprender un viaje a pie durante tres días y dos noches, en el que sus ovejas tendrán que dormir en Cetina y en Ariza. "Ahora tocará ir y venir todos los días a Pozuel desde Alhama, y cuando vayan a dar a luz, coger un camión y traerlas a Alhama a parir, que es donde tengo las parideras, con el coste que eso también conlleva", se queja remarcando que "no quiero ni calcular el gasto de tener allí el ganado, tenía que salvar a los animales sea como sea".


José Miguel partiendo de Alhama de Aragón con su rebaño en dirección a Cetina.


Con todo, el mayor problema de José Miguel no es el sobrecoste que le va a provocar tener a la mayoría de su rebaño en Pozuel de Ariza, sino que el alhameño es consciente de que "el verdadero problema lo voy a tener a partir de ahora". Momentos antes de partir hacia Pozuel de Ariza, este ganadero, que mantiene dos puestos de trabajo en su explotación, nos señala que el incendio no solo ha afectado a la necesidad de buscar nuevos pastos para alimentar su rebaño, sino también a las ayudas que percibe de la PAC. "Si el año que viene no me arrendan los pastos quemados y no los puedo meter en la PAC, voy a perder unos 80 euros por hectárea, lo que se traduce en una pérdida de 25 o 30 mil euros al año" nos cuenta preocupado porque "la ley de montes dice que no se puede volver a pastar en los próximos diez años y en esas circunstancias no me los van a arrendar, claro".


El artículo 106 de la Ley de Montes del Gobierno de Aragón, en su punto 1, refleja que queda prohibida "toda actividad incompatible con la regeneración de la cubierta vegetal en el plazo de diez años". En el mismo artículo, referente a las medidas para la restauración de zonas incendiarias, la Ley contempla que "con carácter singular, de forma excepcional, y cuando concurran razones de interés público basadas en necesidades derivadas de la ordenación del territorio de la Comunidad Autónoma, el Gobierno de Aragón, previa la tramitación del correspondiente procedimiento, podrá dispensar la prohibición", algo que José Miguel espera que ocurra aunque indica que "mínimo durante tres años no vamos a poder pastar aquí, y si no meto durante dos años esos terrenos en la PAC, perderé los derechos". Es por ello que precisa encontrar cerca de 300 hectáreas de pastos para poder continuar con su negocio tal y como lo tenía estructurado, lo cual representa un gran problema. "En Pozuel hay como unas 100 hectáreas que quizá pueda arrendar y meter en la PAC, pero me faltan otras 200", nos dice lamentándose de nuevo de que las ayudas articuladas hasta el momento "no me llegan ni para comprar dos meses de pienso para el rebaño"


A pesar de todo, este ganadero, que ha apostado por continuar con la profesión de sus padres y por vivir en el mundo rural, mantiene el optimismo y se muestra decidido a "luchar por mantener mi rebaño sea como sea". En el momento de esta publicación, ya estará llegando a Ariza, donde se dispondrá a guardar su rebaño en unas naves que otros compañeros ganaderos le han cedido para pasar la última noche de su trayecto. Minutos antes de partir desde Alhama de Aragón, se despedía de nosotros agradeciendo "las facilidades que nos han dado los veterinarios para poder hacer el viaje" y recalcando la importancia de la ganadería extensiva al señalar que "por donde yo pastaba con las ovejas, los árboles no están quemados".

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