CÓMO PONER LÍMITES

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La semana pasada vimos que, para tener relaciones sanas es fundamental establecer unas “reglas de juego”, incluido poner límites. Esto supone todo un arte a la hora de dejar claras las fronteras en las relaciones, expresar a lo que estamos dispuestos y a lo que no, etc. Sobre todo, si queremos que los demás lo comprendan y lo acepten.


Los límites son imprescindibles para protegerte en tus relaciones, pero también porque ayudan a que los demás te conozcan mejor: para que puedan saber qué te gusta y qué no, cuáles son tus objetivos y prioridades, aquellas cosas que son importantes para ti, tus valores y principios, lo que esperas de ellos y lo que pueden esperar de ti, etc.


Entonces, ¿por qué nos cuesta tanto poner límites?


  • Por pensar que somos egoístas. Si te sientes identificado con este pensamiento, ¡cámbialo ya! Piensa que, precisamente poner límites es un acto de generosidad con la otra persona. Por ejemplo, poner límites a los hijos no es una tarea sencilla ni cómoda, pero es un esfuerzo que debemos hacer para que entrenen su capacidad de respetar los derechos y libertades de las demás personas, con las que se cruzarán en la vida. Es nuestra responsabilidad.
  • Por no saber cómo decirlo. Es normal que esto ocurra, ¡pero podemos aprender! (Te recomiendo que leas el artículo “Cómo decir -No- sin que te odien”. https://www.elaltojalon.es/texto-diario/mostrar/2781605/como-decir-no-odien)


  • Por miedo a perjudicar o a perder la relación. Piensa que, si pierdes una relación por poner tus límites, significa que esa persona no te respeta, ni te aprecia lo suficiente. Mejor mantenerla lejos de ti…


  • Por no conocer bien los límites con uno mismo. Para poder poner los límites con los demás es fundamental que conozcas tus preferencias, lo que conecta contigo, tus pasiones, valores, principios, etc. Y que decidas qué es lo que deseas hacen con tu vida, con tu tiempo, con tu energía… Si desconectas de tus necesidades caerás en la desmotivación, todo te dará igual y dejarás de respetarte a ti mismo. Por eso, los límites son la base del respeto en cualquier tipo de relación con los demás, pero también con uno mismo. ¿Sabrías identificar qué límites te has puesto a ti mismo?



Seguro que te es mucho más sencillo identificar los que están en relación con los demás, que contigo mismo. Y, sin embargo, es imprescindible empezar con los tuyos para que puedas ser tú el que decida qué hacer con tu tiempo, con tu energía y con tu vida.


Para clarificar estos aspectos te recomiendo que pienses con calma y pongas por escrito todos los pensamientos que empiecen por “No voy a permitir…” Por ejemplo: “No voy a permitir que decidan que voy a hacer con mi tiempo…”, “No voy a permitir que tal persona me haga daño con sus comentarios y faltas de respeto…”, “No voy a permitir que me quiten la ilusión con este proyecto, porque los demás lo ven como una tontería”, etc. ¡Y hazlo realidad!


¡Empieza a ponerte límites! Si quieres que te respeten, empieza por respetarte a ti mismo.




Montse Martínez. Formadora y Máster en Psicoterapia e Inteligencia Emocional.

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