La lengua nos define. Nuestra forma de hablar es un reflejo de lo que vemos, de nuestras vivencias, nuestras necesidades, nuestra cultura, familia, amigos, del territorio que habitamos.
Cuando llegué de la gran ciudad para vivir en el pueblo de mi abuelo, me faltaba vocabulario para designar las diferentes aves que vería a partir de entonces a diario, desconocía ciertos nombres de árboles y plantas con las que me topaba continuamente por mis paseos por el campo. Ignoraba insectos, cerros, herramientas, alimentos que solo aquí se llamaban así… Pero tras años viviendo y recorriendo la comarca de Calatayud, he ido descubriendo y traduciendo este lugar del que no dejo de aprender.
Al principio, oía saludos que me traían recuerdos de mis veranos en la Cetina de los ochenta, una cadencia en las voces que me sacaba una sonrisa, porque cuando de pequeña regresaba a Barcelona, me llevaba ese acento pegado a mis palabras. Ecos de mostachones, de la perejila, de sentarse a la fresca… Y hoy, para iniciar esta columna, elijo las eras, porque en la ciudad no había eras, siempre han estado rodeando Cetina.
El diccionario dice: «Espacio de tierra limpia y firme, algunas veces empedrado, donde se trillan las mieses». En inglés threshing floor (suelo de trillar) o plot (parcela), que me aleja mucho de este paisaje, pero parece que los alemanes se acercan más a este concepto con sus Tenne. Es curioso, por el camino verde junto al Jalón, en Calatayud, a veces me huele a Alemania.
Mi abuelo Manuel cantaba mientras paseábamos por la carretera de Sisamón hacia Peña Redonda:
Fui a las eras, me encontré unas tijeras.
Fui a lavarlas, no había agua.
¿Quién se la ha bebido? Los bueyecitos.
¿Dónde están los bueyecitos? Labrando la yugada…
Terminé aprendiéndome la letra entera y la cantábamos mi abuelo, mi abuela Teresa y yo, juntos.
Para mí las eras siempre serán los campos alrededor de Cetina, algunos labrados y otros sin cultivar, por donde llegábamos al cerro de la bodega, a Santa Quiteria o a Las Fuentecillas. Y sé que hay otras eras en la comarca, e incluso más allá, pero para mí eso son campos y ya está. ¿Dónde están las tuyas? ¿Qué ves tú en tu mente al pensar en «las eras»?
Noemi Risco
JALON
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