HASTA SIEMPRE

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Atardecer


Acaba el verano y con él también termina esta columna llena de palabras que he aprendido a lo largo de los años en el Alto Jalón, y en especial paseando con mis abuelos por estas tierras durante mis estancias estivales en la Cetina de los ochenta.


Me dejo muchos términos y anécdotas en el tintero: el cuidado que debías tener de no caer en la acequia, los tesoros que se guardaban en el granero y esos hermosos atardeceres que contemplábamos sentados en la piedra de trillar. El tomillo que me enseñó a recoger mi abuelo para las infusiones de invierno, los agresivos cardos llenos de pinchos, pero a su vez de una belleza espectacular, los chopos al viento que susurraban mensajes que tal vez solo los traductores de árboles puedan descifrar… El mochuelo que giraba la cabeza trescientos sesenta grados, el corzo con el que me choqué de espaldas en un despiste de ambos y para sorpresa de los dos. Un encuentro casi tan asombroso como cuando por fin me topé con los famosos gamusinos de los que tanto había oído hablar de pequeña.


Infinidad de recuerdos que siguen recopilándose y quizá algún día aparezcan en un libro. Quién sabe. Mientras tanto, si echas de menos la voz de Traduciendo el Alto Jalón, puedes oírme en mi podcast Viaje Alternativo (https://www.ivoox.com/podcast-podcast-viaje-alternativo_sq_f1991403_1.html) o leerme en Twitter https://twitter.com/Noemi_Risco), pero sobre todo, en mi Instagram (https://www.instagram.com/noemi.risco/) será donde veas y leas la perspectiva del Alto Jalón de esta traductora, que lo concibe como #mispanishmidwest y recoge su naturaleza en las fichas de la #traductoraforestal. No es una despedida, es un hasta siempre.

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