NI EL FRÍO PUEDE CON LAS PROTESTAS POR EL TREN EN CETINA

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Cetina se erige como un bastión de la lucha por un transporte ferroviario eficiente y sostenible en el Alto Jalón. Cada primer domingo de mes, sus habitantes, convocados por la Asociación Prado de Cetina, salen a las vías con determinación inquebrantable para expresar sus demandas de mejoras en el servicio de trenes que conecta las capitales Zaragoza y Madrid transitando por el corazón de nuestro territorio. "Ni el frío puede con nosotros", señalan desde la resistencia cetinera.


En un ritual que se ha vuelto característico, los residentes de Cetina se congregan junto a las vías del tren para dar la bienvenida al regional matinal, convirtiéndose en el único punto del Alto Jalón donde las protestas persisten. La razón detrás de esta movilización constante es clara: la necesidad imperante de horarios más eficientes, una mayor frecuencia de trenes y, sobre todo, inversiones significativas en infraestructuras ferroviarias.


El tren, durante mucho tiempo, ha sido un elemento fundamental en la cohesión y desarrollo de las áreas rurales. En el caso de Cetina, esta conexión ferroviaria no solo es un medio de transporte, sino una columna vertebral que sostiene la vida cotidiana de la comunidad. Facilita el acceso a servicios esenciales, promueve la movilidad laboral y fortalece los lazos entre las localidades. El tren no es solo un medio de transporte para nosotros; es nuestra conexión con las capitales, Madrid y Zaragoza, y con Calatayud. Una pieza esencial para poder ayudar a que jóvenes y mayores accedan a servicios que no tenemos en nuestros pueblos sin necesidad de cambiar de residencia.


La demanda de mejoras en el transporte ferroviario no solo resuena en términos de eficiencia y comodidad, sino también en el contexto más amplio de la sostenibilidad. Cetina busca convertirse en un ejemplo de cómo las comunidades rurales pueden liderar el camino hacia un transporte más ecológico. Entre las demandas, mayores inversiones que no solo mejoren nuestros horarios y frecuencias, sino que también impulsen la modernización de la infraestructura para hacerla más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.


Mientras las protestas en Cetina continúan siendo un testimonio de la persistencia y la unidad de la comunidad, también sirven como inspiración para otras localidades rurales que enfrentan desafíos similares en todo el país. Cetina ha dejado claro que no está dispuesta a ceder en su búsqueda de un transporte ferroviario mejorado. Su valentía y compromiso resuenan como un eco en el territorio, recordándonos la importancia de preservar y fortalecer los lazos entre las áreas urbanas y rurales, no solo por el bien de Cetina, sino por el bien de todas las comunidades del Alto Jalón que ven en el tren un aliado esencial en su desarrollo.

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