Celebramos en El Alto Jalón el Día Internacional de la Poesía este 21 de marzo con dos poemas de autores del Alto Jalón dedicados a sus respectivos pueblos. Por un lado, el Jalón de Plata 2022 de Cultura, Antonio de Benito, de Arcos de Jalón; y por el otro el presidente del grupo "Sendero del poeta Horta - Guinardó" de Barcelona, el ibdense Julio Aranda.
Arcos de Jalón (incluido en el libro de Antonio de Benito 'Regreso a Haikus del Jalón'
Si un pueblo es el peso de los recuerdos
y el sentir del presente de sus jóvenes…
la memoria de los viejos,
el latido de un valle,
la actitud de sus gentes,
la resta entre el pasado y el futuro,
la suma del hoy…
y como no hay poema más perenne que el cariño,
no hay cariño más eterno que el vivido;
si un pueblo es la mezcla del agua y la tierra,el viento,
sus fiestas y silencios,
sus miserias y anhelos,
un pueblo y sus pisadas,
las que dejan su huella hoy,
las de miles de almas que pueblan nuestro ciprés cielo,
su pintar diferente y sus miradas dispares,
entonces, regreso a Arcos de Jalón para siempre,
eternamente.
No cabe tu belleza, en la cuna de mi alma. (Incluido en el séptimo libro de Julio Aranda)
No cabe tu belleza, en la cuna de mi alma
ni en la cuna del viento que es inmensa
tu bondad y hermosura es perenne llama
de luz florida, que al mirar embelesa.
Los años pasan con lluvias, soles y vientos
sellando huellas en tu cara pueblo, de afilados dientes
y en su pasaje llevan, caminos sin reglamentos,
pero tú aún caminas en camino firme, como hiciste antes.
Pueblo mío, que me diste vida, que me diste luz
la que bien me alumbra, para seguir caminando
y poderte ver, a mis cansados años, y a ti queriendo
y será tu espejo, por el cual yo mire, al bello cielo, a trasluz.
Camine por tus sendas de diademas
coronando la hermosura del silencio
el sol me obsequiaba con estelas doradas
las que bien viera caer, en alas tenues al vacío.
A los días azules veía marchar, en atardeceres bellos
cuando el sol ya se alejaba, dando besos a la tierra,
la noche llegaba con su traje de estrellas y luceros
y una luna plateada y blanca, dando belleza, el espejo de su cara.
Partía yo del pueblo en oscuras noches
caminando hacia la central eléctrica
las noches me vestían con negros broches
y la brisa me abrazaba frágil y fresca.
Pueblo de mi ser, que siempre fuiste abonado de luz, y de sol florido
Y de noches estrelladas, con cuatro lunas en vela
y en tu corazón aún llevas, un volcán de amor prendido
el que bien florece en tu parcela viva, que bien corola.
Pueblo mío y querido.
A tu volcán de letras lo fui leyendo,
por todo tu entorno de alta belleza
mediste caminos y los fui doblando
sellando versos, en donde el cielo empieza.
De nuevo, otra vez, dejo descansar mi pluma
hasta la vuelta pueblo.
Que te llevo siempre, con honor en la distancia
y con abrazos enramados de mis brazos
los que fueron para ti, miles de veces.
JALON
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