NO DEBEMOS COMPRAR EL CASTILLO DE LA RAYA

|

Castillo de la raya


La situación de este edificio es vergonzosa, especialmente ahora que, siendo tan evidente desde la carretera, el gobierno de Aragón ha habilitado un camino para llegar a la vecina Ermita de la Raya, que ha sido perfectamente restaurada. El contraste es palmario.


Parte del problema seguramente radica en que se encuentra en Soria, y más específicamente en Alto Jalón, un territorio considerado periférico con respecto a Valladolid. No se tiene en cuenta que por aquí pasan algunas de las arterias de comunicación más importantes de España, o quizás precisamente por eso.


En realidad, la compra del bien no debería realizarse, por muy barata que parezca. La Junta de Castilla y León debería hacerse cargo de las transferencias culturales que recibió del Gobierno Central y asumir la petición de retracto de la venta hecha en su día. No se ha cumplido la condición de restauración que implicaba, ni siquiera de mantenimiento, por lo que, posiblemente, se podrían pedir responsabilidades a los dueños actuales y pasados. Esto es especialmente cierto si no hay una incurrencia en expolio de materiales que en su día fueron trasladados a otros lugares para su reutilización.


Hay que tener en cuenta que no estamos hablando de un bien privativo de Monteagudo de las Vicarías, por mucho que esté en su término municipal. El Castillo de la Raya, y la ermita, es un símbolo inapreciable de un momento histórico que, supuestamente, los partidos que han rechazado la propuesta tienen como bandera: la constitución de un país a partir de dos reinos diferenciados, la gloriosa historia de España. Si de verdad se cree en ello, habrá que defenderlo tanto en la periferia como en el interior.

Comentarios