EL TREN DE LOS BALNEARIOS LLENA ALHAMA DE ARAGÓN COMO EN SUS MEJORES AÑOS

La Estación de Ferrocarril Alhama de Aragón, conocida antiguamente como Termas Pallarés, ha vuelto a revivir este sábado los gloriosos años en los que era punto de llegada de viajeros ávidos de disfrutar de los balnearios de la localidad. Cerca de cuatrocientas personas procedentes de Madrid y Zaragoza tuvieron la oportunidad de vivir una experiencia única a bordo de dos trenes clásicos, en un viaje organizado bajo la denominación del "Tren de los Balnearios".

Este evento, impulsado por la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid y la Asociación de Amigos del Ferrocarril y del Tranvía de Zaragoza, permitió a los viajeros desde Madrid disfrutar de un recorrido pintoresco y relajante a través de los hermosos paisajes la Alcarria y el Alto Jalón soriano, hasta llegar a Alhama de Aragón; y a los zaragozanos, maravillarse con las gargantas del Jalón de camino a nuestro territorio.

El viaje comenzó temprano en la estación de Chamartín en Madrid con el "Tren de los Ochenta", haciendo paradas en Alcalá de Henares y Guadalajara antes de adentrarse en los encantadores parajes del Alto Jalón hasta llegar a su destino. Por su parte, el "Tren Azul" partió desde la estación de Delicias en Zaragoza, recorriendo el curso del río Jalón hasta llegar a Alhama de Aragón.

Durante el trayecto, los pasajeros tuvieron la oportunidad de disfrutar del ambiente del tren, socializar con otros viajeros y disfrutar de las vistas a través de las ventanas, mientras hacían uso del coche-cafetería para disfrutar de bebidas y aperitivos. Todo ello, ambientado en la segunda mitad del siglo XX, momento en el que el transporte de pasajeros por ferrocarril vivió su edad dorada en nuestra zona.

Una vez en Alhama de Aragón, la estación revivió el bullicio de antaño, y los viajeros participaron en diversas actividades, incluyendo visitas guiadas a las termas y otros lugares de interés, así como tiempo libre para explorar el pueblo y disfrutar de su gastronomía local y de su comercio, tal y como hicieron muchos comprando en las tiendas, comiendo en los restaurantes, e incluso acudiendo al vuelo de rapaces de Espíritu Animal Rural.

 La jornada concluyó con la despedida de los viajeros antes de emprender el regreso a Madrid y Zaragoza, llevándose consigo una experiencia inolvidable de la belleza y hospitalidad de Alhama de Aragón.