El Rincón, no podía olvidarse de esta pequeña sierra, los llamados Picones, muy característicos por su color blanco calizo inmaculado y vigilantes de todo el valle del Jalón.
En una época no muy lejana, fueron explotados para sacar las rocas calizas de tierra blanca que tenían que seguir un proceso, primero en la cantera de los Picones, para sacar las rocas a base de mazos o incluso dinamita, luego se transportaban en camiones a las fábricas de la localidad donde se transformaban en polvo de tierra-blanca, después de pasar por unos mecanismos que trituraban las piedras, luego por unas mangas de lona salía el polvo banco que llenaba uno a uno los sacos de papel que se apilaban en la nave para a posteriori cargarlos a hombros en camiones de treinta o más toneladas, este blanco españa se utilizaba para realizar pinturas, principalmente se surtía a Madrid.
En Arcos de Jalón había dos fábricas que explotaban este negocio, la de Emilio Escobedo, y la de José Martín Donoso, ambas con sus correspondientes plantillas de obreros.
Cuando dejaron su operatividad estas fábricas, las cuevas del Picón sirvieron como explotación del champiñón, magnifico entorno para el producto por las condiciones de temperatura de las cuevas, la familia Alonso fue la pionera durante varios años junto a las que tenían en los polvorines cerca de la estación de ferrocarril de Jubera, pero igualmente dejaron la producción.
Hoy quedan para el recuerdo las cuevas que aún existen y los dos Picones como testigos referentes de lo que fueron y son en la actualidad…
JALON
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