EL MAR O LA MAR

|

El Residente


         Con el primer sol de la mañana, navegando en un mar tranquilo, en una pequeña barca de madera y vela, el viejo marinero le daba las primeras lecciones a su nieto de diez años. Del cercano puerto zarpaba en ese momento un ferry cargado de jóvenes pasajeros que desde cubierta los señalaba agitando los brazos. Eran los modernos argonautas en busca de aventuras y momentos inolvidables.


        El viejo marinero izó la vela y le cedió al niño la caña del timón, mientras le decía: “ El mar no quiere héroes que lo desafíen sino navegantes cautos, duros, discretos y sagaces que lo respeten. A los audaces vanidosos el mar los suele humillar muy pronto y al menor descuido los manda al abismo”.


       En el mar lo más inteligente es ser observador y precavido. De hecho, a los navegantes humildes e incluso a los cobardes, cuando dan la talla, los inviste de una dignidad y un orgullo que creían no tener.


          El mar es una gran escuela de moral, que te enseña a ser prudente y astuto. La adversidad que encontramos en tierra es la misma que en el mar la da el viento contrario, no es lo mismo navegar con viento a favor, a barlovento, que, en contra a sotavento, pero, aunque nunca hay que enfrentarse a él directamente, tampoco rendirse. El viento contrario se afronta desde un ángulo, que te permite ir contra el viento gracias al viento o contra el temporal sirviéndote del temporal.


         También en la vida debemos aprovechar las leyes de la necesidad para ganarle cada día una pequeña parcela de libertad al destino.


        Si lo contemplas vestido con traje y corbata desde tierra y lo señalas con el dedo el mar es masculino; si lo navegas, lo abrazas desnudo y te da de comer , la mar es siempre femenino, pero sea el mar o la mar, cuando sientas que el viento atraviesa primero tu cuerpo y antes de hinchar la vela llena tu corazón, ya nunca podrás olvidar que eres un navegante.


          Y entonces tal vez, solo tal vez, comprendas esa frase para algunos incomprensible, que repiten los marinos de generación en generación:


                                                         “ Navigare necesse est, vivere non est necesse”


          Ellos, los hombres de mar lo han sabido siempre: lo necesario es navegar, no es necesario vivir.


         Para personas más terrenales, menos idealistas y más prosaicas, o sea casi todos, valdría algo así:……..lo importante no es vivir sino como vivir.

Comentarios

ARTÍCULO DEL DÍA