CONEXIÓN ALTOJALONERA EN NOVIERCAS: LA GANADERÍA REGENERATIVA EN FAVOR DE LAS AVES NECRÓFAGAS

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Jorge conte


Jorge Conte, físico natural de Arcos de Jalón (Montuenga de Soria) que dejó Madrid para instalarse en Noviercas, gestiona Moncayo Ecológico, un proyecto de explotación ganadera extensiva y regenerativa que ha sido ahora elegido por ACOBIJA, asociación de Nuévalos, para desarrollar el Programa ZPAEN Sistema Ibérico, enfocado en la recuperación del hábitat natural alimentario de especies carroñeras amenazas, como el alimoche común, el buitre negro, el águila imperial, el milano real o el quebrantahuesos.


El arcobrigense ha estado en los micrófonos de Alto Jalón Radio, en Pasajeros al Tren, explicando el programa y contándonos los detalles sobre su explotación ganadera y su emprendimiento. Puedes escucharla aquí.




Lo que hacen dentro de este proyecto, en el que participa también otra ganadería del mismo municipio soriano, es depositar los cadáveres de su ganado en el monte, permitiendo que estas aves dispongan de alimento natural. Unas carroñeras que han estado desde siempre ligadas a la ganadería extensiva. "Esto se hacía ya en el paleolítico, hace más de 10.000 años, contribuyendo a la recuperación del equilibrio ecológico", explica Jorge, cuyo proyecto ganadero se diseñó en torno a esta premisa. "Queremos recuperar lo que siempre ha funcionado, como los pastos alternos para permitir la regeneración, la ausencia de todo tipo de químicos, o incluso la comercialización y distribución, algo que hacemos directamente y de forma comunitaria, con el objetivo de que cuando se sacrifique un animal, todas sus partes lleguen a consumidores finales directamente", destaca Conte de su emprendimiento.


A raíz de la prohibición de abandonar animales muertos en el entorno natural y, sobre todo, por la reducción progresiva de la ganadería extensiva, "es necesario seguir proporcionando alimento en áreas controladas, como muladares vallados, aunque se ha comprobado que esta práctica no representa una forma de alimentación natural para las especies carroñeras", señalan desde Acobija. Por este motivo, el Programa ZPAEN Sistema Ibérico "trabaja en la restauración de ese equilibrio perdido". El objetivo principal es sencillo: colaborar con los ganaderos para que vuelvan a dejar los restos de animales en el campo, permitiendo que las especies carroñeras mantengan sus comportamientos naturales y no dependan exclusivamente de los comederos. Algo que Jorge Conte recibió de buen grado y ya han comenzado a trabajar.


Este licenciado en Ciencias Físicas, que trabajó durante un tiempo en proyectos eólicos para una empresa vinculada con la Universidad Complutense, dio el paso hace casi tres años de dejar atrás la vorágine de la capital de España y la cambió por el pueblo de sus abuelos maternos: Noviercas. "Un proyecto así es completamente extrapolable y aplicable al Alto Jalón. Yo empecé prácticamente de cero", nos cuenta el ganadero animando a otros jóvenes de la zona a seguir su ejemplo. "Tienes que ser capaz de ponerte muchas gorras: la del ganadero, la del investigador, la del comercial, la del distribuidor..., pero merece la pena ser dueño de los designios de tu explotación y yo vivo de ello", explica rebatiendo la idea de que la ganadería extensiva no es rentable y explicando su modelo de negocio. "Vendemos directamente al consumidor a través de Instagram y WhatsApp", nos cuenta. Puedes contactarle en su perfil de Instagram @MoncayoEcologico


La alimentación de sus vacas tiene 100% procedencia ecológica, tanto en las tierras en las que pastan, como el pienso que comen. Tampoco reciben antibióticos por prevención, únicamente si los animales enferman, y los tiempos de espera hasta que se puede consumir la carne si el animal ha tomado antibióticos, son el doble. Además, en la desinfección solo pueden usarse productos naturales y lejía.  Estos son los requisitos para que una ganadería se considere ecológica, si bien la de Jorge Conte va más allá. "Nosotros hacemos ganadería regenerativa", detalla, una práctica sustentada en el pastoreo rotatorio. "Tenemos los campos delimitados por un pastor eléctrico y las vamos cambiando de pastos, de manera que incluso hasta en un año no vuelven a pasar por allí, para que se produzca una regeneración", explica. Algo que favorece no solo a la cantidad, sino también a la calidad del pasto y, por tanto, a la calidad del producto final.


La ganadería extensiva ha tenido históricamente una relación simbiótica con las especies necrófagas, prosiguen, y antiguamente, los cadáveres de animales que morían en el campo eran un "festín" para las aves carroñeras y otras especies. "A su vez, ese festín en el monte suponía la eliminación de posibles focos de infección. Pero con la aparición de las EET (Enfermedades Espongiformes Transmisibles), este vínculo se rompió, provocando un enorme y generalizado descenso del alimento disponible que afecta gravemente a estas especies, cuya supervivencia depende, de la aparición de carroñas dispersas en el territorio", explican desde Acobija.


La ganadería regenerativa es una alternativa ecológica e innovadora para enfrentar varios problemas ambientales. Este método de producción, que se basa en imitar los procesos naturales, mejora la salud del suelo al promover la creación de materia orgánica, transformando los campos en verdaderos depósitos de nutrientes. Según Acobija, el ganado no es responsable de las emisiones de carbono, ya que "con una gestión adecuada, los suelos regenerativos pueden capturar carbono en lugar de liberarlo. Además, esta práctica mejora la retención de agua y su calidad, disminuyendo las escorrentías, evitando inundaciones y fortaleciendo la capacidad de resistencia ante las sequías, al tiempo que mantiene nuestros ríos y arroyos más limpios que nunca", aseguran.


También subrayan que la ganadería regenerativa tiene un "efecto beneficioso" tanto en la salud humana como en la economía rural, ya que "los productos derivados de estas explotaciones, como la carne y sus subproductos, son de gran calidad y ofrecen un perfil nutricional superior". "Gracias a las prácticas que priorizan el bienestar de los animales y respetan los ciclos naturales, estos productos están libres de químicos y antibióticos, ofreciendo una opción más saludable tanto para niños como para adultos. Al elegir estos productos, se contribuye no solo a una alimentación más sana, sino también al desarrollo económico de las áreas rurales, manteniendo paisajes vivos y fomentando la biodiversidad local", concluyen, destacando que "la ganadería regenerativa no solo beneficia a las especies carroñeras y al medio ambiente, sino que también mejora la calidad de nuestra alimentación y apoya a las comunidades rurales".


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