LA HERENCIA

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El Residente


    Quisiera hablaros de la herencia, no de los bienes materiales que presumiblemente os dejaran padres y allegados al final de sus días. A la herencia que me refiero no se puede renunciar, es esa otra que nos dan nuestros progenitores proveniente de todos nuestros antepasados, tanto directos como indirectos y en la que nos transfieren altura, color de ojos, inteligencia y un montón de cosas más que, nos vendrán bien o mal y dependerá del molde en que nos forjen, con ello transitaremos por el mundo al que nos traen con las armas que nos han dado y así poder enfrentarnos a nuestra mayor y más imprevisible aventura.


     Como ya habréis adivinado me refiero a la herencia genética, la que viene escrita en óvulos y espermatozoides por medio de los genes. La palabra gen pese al empeño de algunos soberbios mortales no proviene de genio ( sino del griego genos: raza, linaje). Nuestro genoma lo que nos transmiten y transmitimos a nuestra descendencia unas veces para bien y otras no tanto, es como un inmenso libro de instrucciones con cientos de millones de palabras y lo que más sorprende de su idioma es que solo utiliza cuatro letras ( A:adenina, G: guanina, C: citosina, T: timina) y las palabras que conforma lo hace utilizando solo tres de ellas.


     No temáis procurare no ser ni farragoso ni tedioso con términos científicos. Estas palabras en vez de estar escritas en páginas planas se escriben en largas cadenas tridimensionales que se enrollan entre si formando lo que todos conocemos como ADN.


      Es muy difícil de imaginar, pero este ADN se encuentra en todas y cada una de nuestras células, tanto de órganos, músculos o tejidos, dentro de lo que llamamos cromosomas( 23 pares en los humanos). Para haceros una idea, todos los cromosomas de una única célula si los colocáramos uno a continuación de otro abarcarían unos dos metros de longitud.


     En esos cromosomas estas cuatro letras(bases nitrogenadas) se van combinando de tres en tres formando palabras ( aminoácidos) que terminan siendo frases ( proteínas). Casi todo lo que hay en nuestro cuerpo desde las uñas a las hormonas que producimos esta hecho de proteínas ( cada proteína es un gen traducido).


     Bueno, una vez puestos en antecedentes al grano, quiero haceros hincapié y que reparéis en una cosa sustancial, esas cuatro letras( A, G, C, T, ) son también las que conforman el genoma de todos y cada uno de los seres vivos que pueblan la Tierra. No solo de los animales sino también de las plantas, hongos, bacterias y virus. Si, el elefante, el geranio y la encina, la seta de cardo, la bacteria que provoca la peste, incluso nuestro conocido virus del COVID….. todos comparten el mismo origen y transmiten la misma herencia.


     Siempre cuando hablamos de nuestros parientes más cercanos, por la similitud morfológica lo hacemos pensando en los simios. Habéis de saber que las diferencia genéticas entre el gorila y el chimpancé son mayores que entre el chimpancé y el hombre, y aun resulta más sorprendente saber que el genoma de un ratón es similar al nuestro en un 50%.


      Todo depende de cómo se unen esas cuatro letras, que palabras forman , como se mezclan entre sí y que libro terminan escribiendo.


     Aunque a alguno le parezca imposible o pueda molestarles, toda la vida tiene el mismo origen. El homo sapiens se separó de los chimpancés hace aproximadamente 5 millones de años, el primer vestigio de vida en la Tierra data de 3.800 millones de años, entonces se creó un primer “ser” que tras millones de años de evolución y escritura confusa termino originando ese “ser superior “que muchos creen ser.


     Puede parecer que hago apología del ateísmo, no es así, esta explicación no contraviene ninguna creencia divina, pues Adán bien pudo ser un glotón virus y Eva una apetitosa bacteria, que un día se conocieron y decidieron unir sus vidas para mejorar y perpetuarse. Si contradice a esos libros que llaman sagrados y que fueron escritos por hombres e interpretados siglo tras siglo por otros hombres, para crear religiones, que sirvieran a unos pocos hombres para tener sus paraísos en la Tierra, mientras prometían a los ingenuos hombres que les siguieran paraísos eternos tras la muerte y penurias terrenales mientras vivieran.


P.D.   Mientras los creyentes tienen la suerte de no tener por qué temer la muerte, para los no creyentes la herencia genética que dejamos, es nuestro pasaporte a la inmortalidad tras la muerte.

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