El paso migratorio de las primeras grullas ha comenzado en el Alto Jalón, anunciando la llegada del frío y ofreciendo un espectáculo natural único en la comarca. Estas aves, que abandonan sus zonas de cría en el norte de Europa, atraviesan nuestro país en su ruta hacia sus lugares de invernada. Aunque España es una zona de tránsito para muchas especies migratorias, un gran número de grullas elige el sur del país para pasar el invierno.
En el Alto Jalón, las grullas encuentran un punto de habituallamiento ideal en el embalse de Monteagudo, donde pueden detenerse a descansar y reponer fuerzas. Este espacio natural es clave en su viaje, al igual que la Laguna de Gallocanta, famosa por albergar miles de ejemplares durante la época migratoria. Ayer, se avistaron los primeros bandos en la zona, y en los próximos días, será posible disfrutar del característico trompeteo de estas aves mientras sobrevuelan los campos y descansan en las orillas del embalse rayano.
El embalse de Monteagudo, además de ser un punto de paso para las grullas, acoge a numerosas especies de aves migratorias y residentes. A lo largo del año, es habitual encontrar allí aves como la garza real o los aguiluchos. En esta temporada, también grandes grupos de milanos reales, que llegan a la península ibérica para pasar el invierno, eligen este enclave como área de descanso.
El Embalse de Monteagudo, es un ejemplo destacado de la riqueza natural y la biodiversidad que caracteriza al Alto Jalón, ofreciendo refugio a una amplia variedad de especies en su ciclo migratorio y durante sus periodos de cría.
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