En la Comarca de Calatayud, donde los pueblos están separados por kilómetros de carreteras y campos, la respuesta ante emergencias no solo es cuestión de profesionalidad, sino también de vocación. La Agrupación de Protección Civil de la comarca es un claro ejemplo de ello: 35 voluntarios que, con dedicación y esfuerzo, garantizan la seguridad de nuestros municipios. Su labor, aunque muchas veces silenciosa, es esencial para la vida en el mundo rural.
"Mucha gente piensa que en los pueblos nunca pasa nada, pero la realidad es otra. Aquí también hay accidentes de tráfico, incendios, riadas… y alguien tiene que estar preparado para actuar", ha explicado José Antonio Collado, presidente de la agrupación en los micrófonos de Alto Jalón Radio. Y es que, en una comarca extensa y con grandes retos logísticos, la labor de estos voluntarios y voluntarias es más que imprescindible.
Una de las recientes fortalezas de la agrupación es su conexión con la formación. Desde hace unos años, los alumnos del ciclo formativo de Coordinación de Emergencias y Protección Civil del IES Zaurín de Ateca tienen la oportunidad de realizar sus prácticas con ellos. Este vínculo no solo refuerza la agrupación con manos jóvenes y entusiastas, sino que también permite que los estudiantes puedan formarse sin necesidad de abandonar su entorno.
"Los chavales vienen con la teoría bien aprendida, pero aquí es donde de verdad se enfrentan a la realidad del trabajo", ha señalado Collado. Y la realidad, en ocasiones, no da tregua. Este año, los tres alumnos que se han incorporado a la agrupación vivieron su primer fin de semana de prácticas con un auténtico bautizo de fuego: cuatro accidentes de tráfico, un incendio en Carenas y el control del nivel de los ríos debido a alertas meteorológicas.
"No tuvieron un inicio tranquilo, desde luego, pero eso les ha servido para ver la importancia de nuestro trabajo y la rapidez con la que hay que actuar", ha añadido el presidente de la agrupación.
En un territorio donde los recursos de emergencia son más limitados que en las grandes ciudades, la presencia de Protección Civil marca la diferencia. "Nosotros estamos aquí para apoyar a los bomberos, al 061 y a todos los servicios de emergencia que nos necesiten", ha comentado Collado.
Ya sea en incendios, riadas o accidentes de tráfico, los voluntarios de la comarca son los primeros en llegar y en garantizar que la situación esté bajo control hasta que lleguen los refuerzos.
A pesar de la dureza de algunas intervenciones –como la Dana que afectó a Jaraba y Cimballa o el gran incendio de Ateca en 2022–, la agrupación sigue adelante con el mismo compromiso de siempre. Y, por suerte, gracias a la formación en el IES Zaurín, nuevos jóvenes tienen la oportunidad de aprender, aportar y, quién sabe, quizás quedarse en su tierra para continuar esta imprescindible labor.
"Nos gustaría que los jóvenes pudieran quedarse a trabajar aquí, pero sabemos que no es fácil. Aun así, la experiencia que adquieren con nosotros les será útil en cualquier parte", ha concluido Collado.
Mientras tanto, la Agrupación de Protección Civil de la Comarca de Calatayud sigue siendo ese pilar invisible pero imprescindible que sostiene la seguridad en nuestros pueblos. Y con cada nuevo voluntario, con cada alumno en prácticas, se teje un futuro más seguro para el mundo rural.
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JALON
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