Ariza vivió en la madrugada del sábado al domingo uno de los momentos más emblemáticos de su Semana Santa con la celebración de la Bajada del Ángel, Fiesta de Interés Turístico de Aragón desde 2022. Este año, el protagonismo recayó en la pequeña María Antonia Zúñiga Cardona, de tan solo ocho años, quien bajó desde lo alto del arco del Hortal suspendida con un arnés, encarnando al ángel que anuncia la Resurrección a la Virgen.
La joven arizana, natural de Colombia y vecina del municipio desde hace dos años, deslumbró con su desparpajo poco habitual a sus ocho años de edad, una emotiva interpretación del tradicional verso y un acento que aportó una nota de frescura a la tradición centenaria. Con voz clara y firme, lanzó sus vivas a las cofradías del pueblo y a toda la villa de Ariza, provocando un estallido unánime entre el público congregado en la plaza: “¡Viva el Ángel!”
La declaración como Fiesta de Interés Turístico de Aragón, obtenida en 2022, reconoce el valor cultural, histórico y turístico de esta celebración organizada por la Cofradía del Santísimo Cristo de la Agonía. El Gobierno de Aragón destacó entonces su originalidad, su enraizamiento en la tradición local y su capacidad para atraer visitantes de distintos puntos del territorio. En su resolución, se subrayaba también la implicación del conjunto de la sociedad arizana y el entorno patrimonial en el que se desarrolla el acto.
Cientos de personas, entre vecinos y visitantes, abarrotaron esta madrugada la plaza del Hortal para presenciar el acto, organizado por la Cofradía del Santísimo Cristo de la Agonía. La expectación era máxima desde que se conoció que María Antonia sería la encargada de dar vida al ángel este año, una elección muy celebrada por el pueblo que ha acogido con cariño a la familia Zúñiga-Cardona desde su llegada, mostrando una vez más el profundo carácter integrador de la comunidad arizana.
Tras el emocionante momento, la celebración continuó con un chocolate popular que reunió a los asistentes en una velada marcada por la emoción y la convivencia. Como ya es tradición, el evento volvió a demostrar la fuerza de las raíces culturales arizanas y la capacidad de la Bajada del Ángel para unir generaciones en torno a una tradición viva y renovada. Con María Antonia volando sobre la plaza como símbolo de esa renovación, Ariza volvió a recordar al Alto Jalón por qué esta celebración es única.
JALON
NOTICIAS.ES
Comentarios