Ariza acoge esta tarde, a las 18:00 horas en el Palacio de los Marqueses, el taller participativo “¿Y si nos juntamos? Ariza, ayer y hoy”, una iniciativa impulsada por CERAI (Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional) en colaboración con Tachán Teatro y financiada por la Diputación de Zaragoza. El objetivo: repensar el sistema alimentario local, rescatar la memoria colectiva y fomentar una ciudadanía activa y comprometida con el desarrollo sostenible.
Esta mañana en Buenos Días Alto Jalón, Ignacio Maestre, técnico de dinamización local y educación para la ciudadanía global en CERAI, ha explicado el enfoque y los objetivos de la actividad. CERAI, ha detallado, es una organización sin ánimo de lucro que trabaja desde hace décadas por la soberanía alimentaria, el desarrollo rural sostenible y el impulso de la agroecología tanto en España como en países de África y América Latina.
Desde esa mirada internacional, Ignacio ha señalado que los pueblos, por pequeños que sean, tienen un papel crucial en el equilibrio territorial, la producción de alimentos sostenibles y la conservación del medio ambiente. “El rol que cumplen los pueblos en su conjunto y en su individualidad es muy importante para la historia y el futuro del país”, ha subrayado.
Uno de los temas centrales de la conversación ha sido el impacto de la globalización en el mundo rural. Maestre ha denunciado que la concentración de tierras en manos de grandes empresas y la tecnificación intensiva han generado la expulsión de población local, debilitando los tejidos comunitarios y agravando la despoblación. A su juicio, “la globalización es un factor más en la pérdida de habitantes, junto con las dificultades de acceso a servicios como la salud o la educación”.
Frente a esta realidad, CERAI apuesta por empoderar a las comunidades rurales desde la participación y el debate. “El taller de esta tarde es una excusa para juntarnos, reflexionar sobre cómo producimos, qué consumimos, y sobre todo, para escucharnos”, ha afirmado. En su opinión, los procesos de transformación deben partir de las vivencias y opiniones de la gente que vive el día a día en el territorio, no sólo de las decisiones políticas. “Cada uno tiene algo que decir, hay que encontrar el espacio y el momento para expresarlo”.
La propuesta de Ariza incluye además una mirada a la memoria, al patrimonio alimentario y a la producción agroecológica. Maestre ha explicado que la agroecología “permite producir alimentos sanos, arraigados al territorio, sostenibles y económicamente viables”, rompiendo con el mito de que sólo los grandes modelos agroindustriales pueden alimentar al mundo. “Es mentira que sin ese paquete tecnológico de altos insumos no se pueda garantizar la alimentación global”, ha señalado.
En esa línea, ha subrayado la necesidad de repensar el sistema de consumo y el papel de los consumidores como motores del cambio. “Un productor puede decidir producir de manera agroecológica, pero si no tiene quien le compre, esa cadena se rompe. Elegir un producto local tiene un impacto muy fuerte en toda la comunidad”.
También ha desmentido la idea de que los productos ecológicos son necesariamente más caros. CERAI trabaja en iniciativas como la marca “Huerta de Zaragoza” para visibilizar los productos locales y ha comprobado, en sus propios estudios de mercado, que las tiendas de barrio suelen ofrecer mejores precios que las grandes superficies. “Nos han convencido de muchas cosas que no son del todo ciertas”, ha afirmado, en referencia a la defensa de las macrogranjas como única solución a los precios accesibles de la carne.
Otro de los conceptos clave abordados en la entrevista ha sido el de soberanía alimentaria, definido por Maestre como “la posibilidad de que la comunidad decida cómo quiere producir y consumir sus alimentos, desde el pueblo hasta el país entero”. En su opinión, se ha desplazado el debate hacia el precio y la cantidad de alimento, olvidando la calidad y la justicia en la distribución. “Hoy se produce más comida de la que necesita el mundo, pero sigue aumentando el número de personas con hambre. El problema no es la producción, es el acceso”, ha sentenciado.
Finalmente, Maestre ha subrayado la importancia de recuperar la memoria oral como herramienta para diseñar el futuro. “Sin memoria no hay futuro. Escuchar a nuestros mayores es vital para entender cómo se vivía, qué se comía, qué se cultivaba y qué se compartía”, ha dicho. Y ha hecho un llamamiento a los vecinos y vecinas de Ariza a participar esta tarde en el encuentro. “Todos y todas tenemos algo que aportar”, ha concluido.
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JALON
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