De Madrid al cielo, un dicho muy redicho y que comparto plenamente. En su día fue una villa de aluvión con pocos habitantes pero por caprichos reales se convirtió en capital.
A ella acudieron emigrantes de toda España buscando una vida mejor, hoy en día, hay muchos madrileños de cuna, según datos recientes casi la mitad de su población. Sus padres y abuelos venidos de todos los rincones de la península además de prosperar procrearon y, sus descendientes tienen la suerte de sentirse tanto de Madrid como de la tierra de donde vinieron sus progenitores.
Ahora llegan sus fiestas de San Isidro, las de los chulapos y las modistillas, esos que ya solo vemos en alguna película de principios del siglo pasado, pero estos días nos gusta recordarlos y festejar a ese santo, al que ayudaban los ángeles a labrar durante la noche la tarea que no había concluido por el día, hoy no le haría falta, casi no quedan campos de cultivo en la urbe.
Pese a lo que algunos de nuestros insignes políticos han intentado, sigue siendo una ciudad verde, llena de parque y árboles, la segunda capital con más vegetación del mundo después de Tokio, ideal para deambular sin rumbo y descubrir rincones incomparables, no tanto para trabajar.
Además, de su buena hostelería; museos , cines, teatros y su enorme oferta artística, la convierten en referente del mundo cultural, cosmopolita. Eso que en su día fue Barcelona y que desgraciadamente por el continuo matraqueo excluyente de los pueblerinos nacionalistas ha ido perdiendo con el tiempo.
En nuestras tierras altas y rayanas también festejan nuestros labradores a san Isidro, los pocos que van quedando aun hacen sus celebradas chuletadas, yo no puedo olvidarme de algunas que disfrute en una por entonces concurridísima chopera, nunca había muchos del gremio agrícola, pero se completaba con amigos, que al igual que ellos amaban ese pequeño trozo de tierra…..”el Legionario”, “ el Sordo”, “el Sixto”, “el Higinio”,” don Manuel”, “sr. Atanasio” etc. etc. etc.
A los agricultores de ahora les hacen falta pocos santos, se han ido agenciando la mejor maquinaria agrícola posible, si acaso recurren a él, es con alguna velita, por el asunto del agua, bien para pedir que caiga más o, como en el caso de este año rogando contención al cielo para que deje de jarrear.
Pero hablaba de Madrid y sus fiestas, mi ciudad, siempre acogedora, ahora toca su verbena, que invita a recordar la chulería castiza, esa que de vez en cuando oímos en alguna zarzuela, además de intentar un chotis entre mantillas, pañuelos y claveles, debéis probar los bocadillos de calamares, las gallinejas, las bravas, los churros y el aguardiente.
Madrid, aunque es algo que cuesta decir en público, es la capital de España, el centro neurálgico de la nación que conformamos y, pese al esfuerzo de políticos pacatos y nacionalistas de tres al cuarto irradia energía, es como un gran corazón que todos los días reparte por sus arterias radiales vida para todas las Españas.
Antes, la mayor villa de castilla la Nueva, hoy está entre una de las tres capitales europeas que nadie deja de visitar si viaja por Europa. Según el himno que trato de implantar Tierno Galván: “ la ciudad que está en el medio del medio” .
Cuando casi no había madrileños, solo algunos “gatos”, fue una comunidad para todos, hoy debemos huir de la xenofobia de algunos ciudadanos y políticos poco recomendables e intentar preservar el espíritu hospitalario de sus fundadores.
Tal vez sería una buena idea pedirle a san Isidro, ahora que tiene poco trabajo en los campos, para que hablara con sus laboriosos ángeles y durante la noche levantaran viviendas donde los madrileños más jóvenes pudieran formar su hogar.
No sé, no se le ve con ganas de ponerse el solo a la faena, con suerte ,a algún político le da por poner una primera piedra y con la ayuda de los ciudadanos se ponen a edificar y entre hombres y ángeles hacen algo.
Mientras se ponen de acuerdo cielo y tierra…..¡¡ Viva san Isidro labrador!! ¡¡ Viva Madrid!! ….. y vivan todos los que dan vida a esta acogedora y maravillosa ciudad.
JALON
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