A los pies de la A-2, construída como un muro que separa Medinaceli del pueblo de Salinas de Medinaceli, un conjunto de piscinas llama la atención de todo el que por allí pase. Se trata de la piscifactoría Goldfish Japan de Kazuya Ishizuka. El Japones, de 73 años, lleva casi tres décadas dedicándose a la cría de peces de colores, pero para él -"ha llegado el momento de retirarme".-
Son 28 años en un negocio que funciona -"como el que tiene un terreno agrícola"- nos explica en su español-japonés. Kazuya lleva desde 1985 en España. Aquí ha criado, junto a su mujer, a sus dos hijas. Ahora ellas se han ido a Japón a trabajar y él se siente -"ya mayor para seguir con el negocio"-. Haber luchado en la Segunda Guerra Mundial y el aire de Medinaceli, parecen haberle sentado bien a Kazuya, pues se conserva de aspecto joven a pesar de su intención de descansar tras vender el negocio.
Kazuya es consciente de que, aunque el negocio vaya bien, es difícil encontrar alguien que conozca las técnicas para la crianza de estos peces. La piscifactoría tiene 13.300 metros cuadrados, que vende a precio de terreno agrícola -"son 10 euros el metro cuadrado, como si fuera tierra de cultivo"-, ha captado el interés ya de algunos inversores, sin llegar todavía a concretarse nada. Por ello, el japonés incluye dentro del precio de la venta, -"un año de trabajo dedicado a la formación de los compradores para dejarles el negocio funcionando"-.
La cría de peces de colores no figuraría en un catálogo de actividades económicas tradicionales de la Comarca del Alto Jalón. Sin embargo, más de treinta años avalan a esta empresa y a nuestra comarca, como productores de referencia en nuestro país. Empresas como El Corte Inglés han confiado en la labor de Kazuya Ishizuya al frente de Goldfish Japan. El trabajo de este soriano-japonés busca tener continuidad en una población que adolece de falta de oportunidades laborales.
JALON
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