LA CRÍA DE PERDIZ EN EL ALTO JALÓN SE VE AMENAZADA POR LA PANDEMIA

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La situación de emergencia sanitaria provocada por el virus SARS-CoV2 está afectando a todos los sectores productivos de nuestra comarca. Actividades económicas como la hostelería, el comercio o el ocio han gozado de minutos de radio y televisión y de caractéres de diarios escritos, donde expresar su problemática y exigir sus soluciones. Sin embargo, hay otros muchos sectores que están sufriendo situaciones dramáticas y que también precisan de atención.

Es el caso de la cría de perdices. Esta actividad está directamente relacionada con la caza deportiva de perdiz en cotos privados. La pandemia ha provocado restricciones de movilidad y de distanciamiento social, que han impedido desarrollar la normal actividad de monterías y cacerías en la comarca, reduciéndose a la mínima expresión debido a la imposibilidad de atraer cazadores de otras comunidades. Es por ello que no ha habido necesidad de soltar perdices en el monte para estas prácticas, desapareciendo así el canal de venta de las explotaciones dedicadas a este animal.

Ángel Esteban, empresario avicultor de Santa María de Huerta y criador de perdices desde hace 15 años, se lamenta de la ausencia de soluciones. -"Este año no sabemos cómo lo vamos a hacer. Tenemos 1.500 aves que comen todos los días y generan gasto y trabajo. Si no hay cacerías de aquí a finales de enero, que se termina la temporada, no sé qué vamos a hacer con todos esos animales"-. Para Esteban, alternativas como la venta para consumo no son viables a pesar de la situación límite que vive la explotación: -"El precio que nos dan por animal no llega a cubrir, ni de cerca, el coste que nos ha generado. No veo solución. Este año, si nada cambia, a lo mejor es el último, porque algo así no se puede sostener".-


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